La herramienta podría detectar si un producto está libre de microorganismos como es el caso de bacterias tipo E. Coli o salmonela
Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollan una tecnología capaz de identificar microorganismos patógenos en alimentos y bebidas. Esta técnica podría funcionar en la industria restaurantera como biosensor para detectar en qué condiciones se encuentran los alimentos antes de consumirlos a fin de prevenir posibles enfermedades gastrointestinales.
El doctor Abdu Orduña Díaz, investigador del (IPN), lleva a cabo este trabajo sobre la microfabricación de biosensores, que son dispositivos con aplicación en biología. Con ello podrán desarrollarse sistemas que identifiquen microorganismos patógenos presentes en alimentos o bebidas, así como también el análisis de la presencia de pesticidas en el sector agrícola.
El biosensor es una herramienta o sistema analítico compuesto por un material biológico que puede ser una enzima, anticuerpo, ADN, célula entera, orgánulo o combinaciones de los mismos. Una vez que ésta entra en contacto directo con un sistema transductor (dispositivo) convierta la actividad bioquímica que va analizarse en una señal (indicación) cuantificable.
Dentro de la clasificación de biosensores, se encuentran los ópticos y electroquímicos. El especialista del Centro de investigación en Biotecnología Aplicada (CIBA-Tlaxcala) del IPN explica que en la elaboración de esta tecnología se emplean técnicas espectroscópicas, como por ejemplo la infrarroja que es una técnica versátil, no destructiva, fácil de utilizar y se fundamenta en la interacción de la radiación con la materia. Es una radiación controlada que no afecta a la persona que la manipula.
“Al interaccionar la radiación con la materia ésta va a generar reacciones. Las analizamos y nos dará información sobre la muestra que investigamos. Este tipo de técnicas pueden aplicarse en el desarrollo de biosensores ópticos”, indica el especialista politécnico.
Una de sus aplicaciones estaría enfocada a la detección de microorganismos patógenos en alimentos. Esta tecnología podría funcionar en la industria restaurantera como biosensor capaz de detectar en qué condiciones se encuentran los alimentos antes de consumirlos a fin de prevenir posibles enfermedades gastrointestinales.
“La herramienta nos podría decir si el producto está libre de microorganismos, pudiendo ser el caso de bacterias como E. Coli o salmonela”.
La investigación se encuentra en etapa intermedia que consiste en el análisis de los materiales transductores (dispositivos) y en un futuro cercano podría convertirse en “realidad”, una vez que se tengan la capacidad de “construir” miles de BioMEMS -en forma de chips- para que comercialmente sea viable y el consumidor pueda adquirirlos a bajo costo.
De acuerdo con el doctor Orduña Díaz, la investigación en el tema de biosensores que se realiza en el CIBA-Tlaxcala es de las pocas en su especialidad que se realizan en el país.
Esta tecnología también podría tener aplicación en la detección de toxinas o pesticidas, porque es una problemática que se tiene en el campo mexicano ante el uso sin control de dichas sustancias.
INAOE-CIBA
En la actualidad se realizan trabajo de investigación científica e colaboración con el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), cuyos especialistas aportan experiencia y conocimientos para la fabricación de sistemas microelectromecánicos (MEMS), análisis, caracterización de materiales semiconductores y amorfos, así como en el diseño de circuitos integrados entre otros.
“Esta colaboración nos ha permitido buscar nuevas metodologías para el desarrollo de biosensores electroquímicos y ópticos, específicamente aplicados en el área de alimentos. Esta tecnología puede tener varias aplicaciones, como puede ser en control de calidad de productos finales, por ejemplo, en alimentos perecederos que se importan serviría para verificar en qué condiciones se encuentran”.
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