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Mostrando entradas con la etiqueta Ejercicio. Mostrar todas las entradas
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viernes, 17 de enero de 2014

Después de un infarto, el sexo puede ser un buen ejercicio

Beneficios a nivel físico y psicológico,

Según los expertos, la actividad sexual mejoraría el corazón y la autoestima.

La mayoría de los pacientes que sufrieron un infarto agudo de miocardio deberían recuperar, entre dos semanas y un mes después, una actividad sexual similar a la que mantenían antes del episodio cardiovascular, según las recomendaciones que aparecen en una nueva investigación de especialistas españoles.

El médico José María Maroto, jefe de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, explicó que el sexo luego de una cardiopatía es recomendable para el corazón, tanto por los beneficios del ejercicio físico que demanda como por su efecto para la recuperación de la autoestima y la vida normal.

Aproximadamente la mitad de los pacientes cardiópatas llegan a padecer algún problema sexual, según informó la Fundación Española del Corazón y la Sociedad Española de Cardiología en un comunicado conjunto.

De acuerdo con los datos de un estudio realizado en el Hospital Ramón y Cajal sobre 421 pacientes con infarto de miocardio –con una edad promedio de 56 años–, la incidencia de la disfunción eréctil es del 52 por ciento.
En las mujeres con cardiopatía isquémica, la disfunción sexual se presenta en porcentajes todavía mayores y el tratamiento es bastante más complejo.

Según los expertos, los programas de rehabilitación cardíaca, con actuaciones a nivel físico y psicológico, facilitan el control de los trastornos sexuales . Los especialistas recomiendan que, en general, quince días o un mes después de haber sufrido un infarto se debe reanudar la actividad sexual poco a poco hasta llegar a normalizarla.

Sin embargo, si se sigue un tratamiento con inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (una enzima específica del pene), como el Viagra, con el fin de solucionar la disfunción eréctil es preferible esperar de seis a ocho semanas. Y previamente habría que realizarse un estudio cardiológico que descarte contraindicaciones.

Se considera que la actividad sexual se corresponde con una actividad física entre moderada y liviana: 3,7 METS (que corresponde a la unidad de medición de gasto de energía, equivalente a 1,2 kilocalorías por kilo por hora) en las fases pre y posorgásmica, y 5 METS durante el orgasmo. Es decir, equivale aproximadamente a caminar un kilómetro y medio en quince minutos. (Clarín) Por LA VANGUARDIA.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Ejercicio ayuda a un envejecimiento sano

Según un estudio en el Reino Unido

Las personas que empiezan a realizar ejercicio en la tercera edad tienen tres veces más posibilidades de vivir de forma saludable los últimos años de vida que sus pares sin actividad física, destacó un estudio médico publicado en el Reino Unido.

De acuerdo a la investigación, dada a conocer en la revista científica British Journal of Sports Medicine, las personas de esa franja de edad que llevan una vida activa físicamente "registran beneficios significativos de salud", evitando complicaciones mayores como la demencia o embolias cerebrales.

El estudio analizó los casos de 3.500 personas del Reino Unido con una edad promedio de 64 años durante un período de ocho años.
Los voluntarios tuvieron que describir la frecuencia e intensidad de su actividad física cada dos años.
Sus respuestas sirvieron para categorizarlos en "inactivos", "moderadamente activos" (por ejercicios realizados al menos una vez a la semana) y "vigorosamente activos" (por ejercicios varias veces a la semana).

Los científicos también examinaron los antecedentes médicos de cada uno de los participantes y efectuaron una serie de exámenes cognitivos para evaluar sus habilidades mentales.
En la etapa final del estudio, concluyeron que el 19,3% de los ancianos que se definieron como sanos hizo ejercicios en forma periódica.

Aquellos que realizaron ejercicios físicos de forma moderada o vigorosa durante la semana tuvieron entre tres y cuatro veces más chances de envejecer saludablemente, comparado con aquellos inactivos.
Mientras, quienes realizaron actividades físicas periódicamente, es decir varias veces por semana, tuvieron siete veces más posibilidades de envejecer sanos que los inactivos.

"La actividad física frecuente está asociada con una mejoría en el envejecimiento sano de la persona, evitando enfermedades y discapacidades, y dando mayor libertad a la persona en la tercera edad, además de tener beneficios muy positivos en materia cognitiva y de salud mental, y una alta funcionalidad física", indicaron los autores.

"Beneficios significativos de salud fueron incluso registrados en aquellos participantes que decidieron comenzar a ejercitar relativamente tarde en sus vidas. Nuestros resultados apoyan las iniciativas de salud pública para hacer que los adultos y ancianos realicen actividad física", subrayaron los expertos.
Doireann Maddock, especialista de la Fundación Cardíaca británica, dijo que "vale mucho la pena" habituarse a ser activo, "ya que esto puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, además de muchas otras condiciones de salud".

"Esta investigación nos demuestra que, incluso si la persona no se vuelve activa hasta la tercera edad, su salud se beneficiará una vez que comience a ejercitar", agregó.
Según Maddock, "nunca es tarde para volverse activo, aunque no hay que esperar hasta jubilarse para hacer deportes o ejercitar".

"Los adultos deberían tratar de mantenerse activos diariamente y proponerse hacer 150 minutos de actividades físicas que mejoran la respiración y hacen sentir a la persona
más viva cada semana. Cada diez minutos cuenta, así que bajarse del autobús algunas paradas antes y caminar o realizar una caminata en la hora del almuerzo ayudará", concluyó la especialista. (DocSalud)

viernes, 4 de octubre de 2013

El ejercicio puede ser tan eficaz como muchos medicamentos frente a enfermedades comunes

El ejercicio debe ser considerado como una alternativa viable a o junto a la terapia con medicamentos, puesto que es potencialmente igual de eficaz para enfermedades comunes. Lo aseguran investigadores de la Escuela de Económicas de Londres (Reino Unido), del Instituto de Cuidados de la Salud de la Escuela de Medicina de Harvard y la Universidad de Stanford (ambos en Estados Unidos).

Para este estudio –publicado en British Medical Journal– se analizaron los resultados de 305 ensayos controlados aleatorios con 339.274 personas. No encontraron diferencias estadísticamente detectables entre el ejercicio y las intervenciones farmacológicas para la prevención secundaria de la enfermedad cardiaca y la prevención de la diabetes.

Entre los pacientes con ictus, el ejercicio era más efectivo que el tratamiento con medicamentos, mientras que para la insuficiencia cardiaca, los diuréticos fueron más efectivos que el ejercicio y todos los otros tipos de tratamiento con medicamentos. Los autores señalan que la cantidad de pruebas sobre los beneficios del ejercicio en la mortalidad es considerablemente menor que los de las drogas, lo que puede haber tenido un impacto en sus resultados.

A su juicio, este "punto ciego" en la evidencia científica disponible "evita a los prescriptores de medicamentos y a los pacientes comprender las circunstancias clínicas en las que las drogas pueden proporcionar sólo una mejoría modesta pero el ejercicio puede producir avances más profundos y sostenibles en materia de salud".

A pesar de esta incertidumbre, los autores del estudio subrayan, en base a los datos disponibles, que la actividad física es "potencialmente tan eficaz" como muchas de las intervenciones farmacéuticas, por lo que piden más estudios para abordar la disparidad entre la evidencia sobre el ejercicio y un tratamiento a base de medicamentos. "En los casos en que las opciones de medicamentos proporcionan sólo un modesto beneficio, los pacientes merecen entender el impacto relativo que la actividad física puede tener sobre su condición", concluyen los autores de este análisis.

Estos científicos compararon la efectividad del ejercicio con los fármacos sobre la mortalidad en cuatro condiciones: prevención secundaria de la cardiopatía coronaria, la rehabilitación del accidente cerebrovascular, el tratamiento de la insuficiencia cardiaca y la prevención de la diabetes. La prevención secundaria se refiere al tratamiento de los pacientes con la enfermedad existente antes de que cause una enfermedad significativa. Fuente: 20 minutos

sábado, 22 de junio de 2013

La cantidad total de ejercicio es importante, no la frecuencia; las investigaciones lo han demostrado

Un nuevo estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Queen ha determinado que los adultos que acumularon 150 minutos de ejercicio en unos pocos días de la semana no eran menos saludables que los adultos que se entrenaron con más frecuencia a lo largo de la semana.

Ian Janssen y su estudiante de posgrado Janine Clarke estudiaron a 2,324 adultos desde más allá de Canadá para determinar si la frecuencia de la actividad física a lo largo de la semana tiene que ver con factores de riesgo para diabetes, enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.

“Los resultados indican que no importa cómo los adultos deciden acumular sus 150 minutos semanales de actividad física,” dice el Dr. Janssen. “Por ejemplo, alguien que no se realizó ninguna actividad física de lunes a viernes pero que estuvo activo durante 150 minutos el fin de semana podría obtener los mismos beneficios para la salud de su actividad que alguien que acumuló 150 minutos de actividad durante la semana haciendo 20-25 minutos de actividad cada día.

La actividad física se midió continuamente a lo largo de la semana porque los participantes de la investigación llevaban acelerómetros en sus cinturas. Los acelerómetros son dispositivos eléctricos diminutos (aproximadamente del tamaño de una pequeña caja de cerillas) que registran cuánto se mueve una persona por minuto.

El Dr. Janssen dividió a los adultos que cumplieron las pautas de actividad física (más de 150 minutos semanales de actividad aeróbica) en los que estaban con frecuencia activa (activos cinco a siete días de la semana) y con poca frecuencia activos (activos entre uno y cuatro días de la semana).

“El mensaje importante es que los adultos deben tratar de acumular al menos 150 minutos de actividad física semanal en cualquier patrón que funcione para su horario“. Medical Press

miércoles, 20 de marzo de 2013

El ejercicio mejora la calidad de vida en la diabetes tipo 2

ejercicio-fisico1[1]
Para las personas con diabetes mellitus tipo 2 (DM2), un programa de capacitación de nueve meses de duración y resistencia aeróbica mejora significativamente la calidad de vida (QOL) en comparación con ningún ejercicio, según un estudio publicado en línea el 12 de febrero en Diabetes Care.
Valerie H. Myers, MD, del Pennington Biomedical Research Center en Baton Rouge, Luisiana, y sus colegas evaluaron la calidad de vida se beneficia de un régimen de ejercicio de nueve meses de duración que consiste en el entrenamiento aeróbico o de resistencia o una combinación, en comparación con un grupo de control (sin ejercicio) de 262 adultos con diabetes tipo 2.
Los investigadores encontraron que, en comparación con ningún ejercicio, las tres condiciones de entrenamiento (aeróbico, resistencia, o una combinación de ambos) produjo una mejoría significativa en las subescalas de salud física y generales de la medida de calidad de vida. El entrenamiento de resistencia cedió la mayor mejoría en el dolor corporal, mientras que la función física mejoró más con el ejercicio acondicionamiento aeróbico y combinado.
“En conclusión, el presente estudio proporciona evidencia de que los adultos con diabetes mellitus tipo 2, pueden beneficiarse de la adopción de un régimen de entrenamiento de ejercicio, independientemente de la modalidad de ejercicio de entrenamiento (aeróbico, resistencia, o una combinación de ambos)”, escriben los autores.
“Teniendo en cuenta los efectos globales beneficiosos del entrenamiento combinado en muchos aspectos de la calidad de vida y los beneficios que ya se ha informado de la formación combinada sobre el control glucémico, un enfoque combinado aeróbico y de resistencia es particularmente digno de estudio.” Medical Press

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