3D Touch, la nueva tec- nología silenciosa de Apple que estrena el iPhone 6s llega para cambiar la forma en la que interactuamos con nuestros smartphones.
El salto de base hacia los modelos S de este año ha traído consigo una sorpresa que ya se había estrenado con el Apple Watch y en el MacBook, pero que hasta su llegada al iPhone 6s ha sido complicado comprender la magnitud que supone su implantación a gran escala. De hecho, solo hace un par de semanas que el iPhone está de lleno en el mercado y ya hay varios competidores que han reportado que están trabajando en su propia versión de 3D Touch.
Es complicado hacerse una idea del game-changer que va a suponer 3D Touch para los modelos de interacción con nuestros dispositivos móviles simplemente aumentando la profundudidad y manteniendo la simpleza, y cualquiera que no haya tenido la oportunidad de probarlo, supondrá, como ya sucedió con la corona del Apple Watch, que es un sistema tan sencillo y simplista que no acaba de aportar tanto como sobre el papel promete. Solo hay que usarlo un par de días para darse cuenta del enorme salto cualitativo que supone
De esta forma, lo que 3D Touch viene a aportar a nuestra interacción con el móvil -y con más dispositivos en el futuro- es la posibilidad de dar al iPhone la capacidad de detectar la intensidad con la que presionamos la pantalla, generando un respuesta diferente en función del estímulo; una experiencia que ahora parece natural, pero que desde luego en el pasado se consideraba que aportaba, en un mundo gobernado por pantallas resistivas, poco más de lo que el 3D Touch llega a aportar a día de hoy al multitouch. Craso error.
Al igual que sucedió en su día con la rueda del iPod, o más recientemente con los gestos multitouch, la gracia y el futuro prometedor del 3D Touch es que es totalmente contextual y circunstancial, es decir, varía en función de cada acción e implementación aunque en su base esté ideado como un sistema de reacción a la fuerza de la pulsación. En un momento en el que los propios sistemas operativos móviles están virando hacia el contexto, lo normal y natural es que las acciones y la forma que tenemos de interactuar con ellos esté basada también en el contexto.
Aunque la acción es la misma, la respuesta de 3D Touch es totalmente distinta, de forma que por ejemplo una pulsación larga en Instagram nos mostrará un perfil, pero generará una respuesta distinta en Mail, previsualizando un correo electrónico. Lo más interesante de todo, y aquí entra lo que decía del contexto, es que las respuestas son generada en función de cada aplicación y dentro de cada aplicación en función del contexto, por lo que se siente natural, es decir, cuando lanzas una acción con 3D Touch la respuesta es la que te esperas que sea en cada momento, sin artificios. ¿Tap un nombre de usuario? Qué mejor que ver un perfil. ¿Tap en un enlace? Vista previa. ¿Tap en una imagen animada? Previsualización constante de la animación. Respuestas diferentes en función del contexto de la acción.
El contexto es la clave para la interacción
Lo más interesante de todo es que previo a la llegada de 3D Touch, las aplicaciones se comportaban de forma estanca, el tap implicaba salir o quitar de la vista algo para realizar una acción, ahora, esta nueva forma de interacción de Apple genera capas contextuales y las acciones se muestras superpuestas, de forma que los resultados de las mismas también se superpongan, de forma que puedan ser canceladas en cualquier momento o generar resultados distintos en la interfaz que tengamos a la vista en cada momento: esa capa genere una nueva y esta a su vez puede generar una adicional. En pocas palabras, el multitouch de siempre ahora es multidimensional.
Si tenemos en cuenta que la rueda del iPod, en su modo más simple también partía del concepto de misma acción, resultado distinto en función del proceso, el 3D Touch, de forma más masificada incluso que los iPods, que al final tenía una concepción más limitada, puede cambiar mucho el panorama y la forma en la que los usuarios utilizamos nuestros móviles, tablets o smartwatches.
En este sentido, es importante que tengamos en cuenta que el iPhone sigue siendo un icono tanto para usuarios como para el propio mercado, y los cambios en profundidad acaban por llegar, mejor o peor implementados, a la competencia. Al tener mayores limitaciones que una pantalla más grande como el iPad, Apple tiene que aprovechar la pantalla más pequeña incluyendo mejores formas de interacción, y desde luego, en estos momento tan tempranos, el acierto y el paso adelante constituye un salto tan pequeño e importante como la llegada de Multitouch o de Touch ID, que ya está en todo el mercado.
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