Leonardo Da Vinci nació en Vinci, Toscana el 15 de abril de 1452. Este pintor, escultor, arquitecto, ingeniero e inventor, mostró desde muy pequeño una gran curiosidad por el entorno que le rodeaba.
Su primer recuerdo es el de un gran pájaro, “estaba en mi cuna y de repente me pareció que un extraño buitre se precipitaba sobre mí.
Con las plumas de la boca abrió la boca y las movió de un lado a otro de mis labios”. [1] Giorgio Vasari, su primer biógrafo, relata cómo siendo todavía niño, creó un escudo de Medusa con dragones que aterrorizó a su padre cuando se topó con él por sorpresa.
Con catorce años ingresa como aprendiz en el taller de Andrea del Verrocchio donde aprende pintura, escultura, técnicas y mecánicas de la creación artística. En sus talleres utiliza por vez primera una novedosa técnica recién llegada de los Países Bajos, la pintura al óleo, que permitía una mayor blandura en el trazo y una más profunda penetración en la tela. Cuentan que el alumno superó al maestro hasta el punto que éste dejó por completo la pintura a raíz del cuadro El Bautismo de Cristo y se dedicó en exclusiva al cincel[2]. En 1482 se presentó ante el poderoso Ludovico Sforza, el hombre fuerte de Milán de entonces, en cuya corte se quedaría diecisiete años como “pictor et ingenierius ducalis”. Aunque su ocupación principal era la de ingeniero militar, sus proyectos abarcaron la hidráulica, la mecánica, la arquitectura, además de la pintura y la escultura.
En esta etapa se basó en las matemáticas para formular la ciencia de la pintura, a la vez que se ejercitaba en la ejecución y fabricación de laúdes. Son los años en los que define el saper vedere que guió todos sus estudios, y que consistía en una atenta observación de los objetos en su forma y estructura para luego reproducirlos en la pintura de la manera más exacta.
A finales de 1499 los franceses entran en Milán. Ludovico también conocido como“el Moro” pierde el poder y Leonardo abandona la ciudad para ir a Venecia donde es contratado como ingeniero militar. En pocas semanas proyecta cantidad de artefactos, desde un submarino individual, con un tubo de cuero para tomar aire; hasta grandes piezas de artillería con proyectiles de acción retardada y barcos con doble pared para resistir las embestidas. Pero las geniales ideas no pasaran de bocetos. En abril de 1500 Da Vinci vuelve a Florencia, y trabaja como ingeniero militar para César Borgia. En 1503 concibe en la ciudad, en guerra con Pisa, su genial proyecto de desviar el río Arno por detrás de la ciudad enemiga, cercándola, y contemplando la construcción de un canal como vía navegable que comunicase Florencia con el mar.
Por ese entonces Leonardo ya era reconocido como uno de los mayores maestros de la pintura en Italia con obras como “Santa Ana, la Virgen y el Niño”, “ Leda y el cisne” y, una de las pocas obras acabadas del genio,“La Gioconda”. Su interés por los estudios científicos es cada vez más intenso, asiste a disecciones de cadáveres, sobre los que confecciona dibujos para describir la estructura y funcionamiento del cuerpo humano; y al mismo tiempo hace sistemáticas observaciones del vuelo de los pájaros con la idea de que el hombre podría volar si llegaba a conocer las leyes de la resistencia del aire.
Abandona Florencia en 1506 y se va a Milán como arquitecto y pintor de la Corte. Allí proyecta para el gobernador francés Charles d'Amboise un castillo y ejecuta bocetos para el oratorio de Santa Maria dalla Fontana. Leonardo, por ese entonces, ya pintaba poco. Se dedicaba a recopilar sus escritos y a profundizar en lo que en 1510 sería su Tratado de Anatomía. Escribía sobre matemáticas, óptica, mecánica, geología y botánica.
Después de pasar unos años en Roma se traslada a Francia como “primer pintor, arquitecto e ingeniero del reino” de Francisco I. A partir de 1517 su brazo derecho queda paralizado pero sigue haciendo bocetos de proyectos urbanísticos, de drenajes de ríos y hasta decorados para las fiestas palaciegas, con su mano izquierda. El 2 de mayo de 1519 muere en Amboise acompañado de su fiel amigo y discípulo Melzi a quien lega sus proyectos, diseños y pinturas.
[1] FRIEDENTHAL, RICHARD. Leonardo Da Vinci. Grandes Biografías, Salvat, Barcelona, 1995
[2] Ibíd. Fue a raíz del cuadro encargado a Verocchio, el Bautismo de Cristo. En la parte izquierda de la obra se observan dos ángeles arrodillados que se atribuyeron a Leonardo, “añadiendo además la siguiente anécdota: a Verrocchio le afectó tanto la obra de su Discípulo que ya nunca volvió a coger los pinceles, limitándose al uso del cincel. De hecho, a partir de entonces, Verrocchio ya no pintó ningún cuadro más”.
Extracto del libro "Piensa como un Genio de Juan Prego (Plataforma Editorial) Madrid
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