Panorama político bonaerense
El diccionario de la Real Academia Española define la palabra franquicia como “una concesión de derechos de explotación de un producto, actividad o nombre comercial, otorgada por una empresa a una o varias personas en un territorio determinado". De esta manera, bien podría encasillarse al producto que Martín Insaurralde hizo de su persona como eso: una franquicia. Aunque todavía, para la explotación de su producto en territorio bonaerense, no ha definido al mejor postor.
Y es que, al tiempo que promociona en la vía pública su sonrisa en afiches sin identificación partidaria y da a conocer su tarjeta de casamiento con Jesica Ciriocon la yanqui leyenda “LET'S PARTY MTHFCK!” (traducido al criollo: "¡A festejar, hijos de p...!"), el cada vez más noventoso lomense sigue jugando al misterio en lo referente al espacio que contendrá su candidatura a la gobernación en 2015, utilizando el marketinero recurso de “hacerse desear” mientras las encuestas lo siguen posicionando por encima de los demás aspirantes al sillón de calle 6.
En este contexto, y con su autoestima elevada a niveles exorbitantes, Insaurralde ya está especulando con la posibilidad de no jugar ni con uno ni con otro para así armar una fuerza propia, la cual, en sintonía con su fanatismo ególatra, se llamaría Movimiento Independiente, definición que, reducida a siglas, son coincidentes con las del nombre y apellido del susodicho: “MI”. Aunque tampoco descarta volver a hacer migas con Daniel Scioli, ya que en el transcurso de la semana se supo que MI buscó arrimar el bochín manteniendo diálogo telefónico con integrantes de la mesa chica de DOS, quien de todos modos sigue masticando bronca por estas actitudes de idas y venidas.
En tanto, su tan rumoreado desembarco al Frente Renovador se congeló tras haber seguido la corriente del bloque FpV y votar afirmativamente la Ley de Abastecimiento en la Cámara de Diputados de la Nación, algo que Sergio Massatomó como la gota que rebalsó el vaso de su tolerancia ante el histeriqueo del lomense
Pero, más allá de la bronca, el tigrense no deja de sentir una preocupación que, de a poco, se va transformando en desesperación, ya que, de ser mañana las elecciones, no cuenta con un candidato fuerte en el orden bonaerense. Uno de los que integran el pelotón de precandidatos a gobernador del FR en octubre, Felipe Solá, manifestó recientemente: "Me veo compitiendo con Insaurralde después de agosto".
Sin embargo, los números, que meses atrás le hicieron una leve mueca, lejos están de sonreírle al ex gobernador. De acuerdo a una encuesta realizada en los últimos días por el consultor político Hugo Haime, Darío Giustozzi lidera la interna del Frente Renovador con un 17.5 por ciento, contra el 10.9 de Felipe, en tanto que, de acuerdo a lo expresado a este medio por voces cercanas al círculo íntimo de Massa, en Tigre manejan otros relevamientos que ponen aún más en caída libre la imagen de un personaje como Solá que, poco tiempo atrás, protagonizó un lamentable episodio en el que interrumpió con custodios armados una exhibición automovilística porque en su estancia, pegada al autódromo de General Rodríguez, sus yeguas no podían dormir por el ruido, argumentando que, así, no podían entrar en celo.
Este panorama, que pone cada vez más abajo las intenciones felipistas, se acopla también a la intención de Massa de que no sea una imagen vieja y gastada de la política el candidato de su Frente que apela a ser “Renovador”.
De esta manera, quien apunta a sacar tajada del frustrado arribo de Insaurralde y del descenso de Solá es Darío Giustozzi. El ex intendente de Almirante Brown y actual titular de la bancada del FR en la Cámara de Diputados de la Nación, ha intensificado sus recorridas por el interior provincial y subió algunos escalones en las encuestas, al tiempo que aprovecha el malestar de su jefe político para con MI echando más leña al fuego.
Así, ante la consultada de NOVA sobre el lomense, Giustozzi recordó la reciente actitud del futuro marido de Cirio en la Cámara baja: “El diputado Insaurralde estaba sentado en la banca del FpV, votando con el FpV, escuchando los discursos que trataban al Frente Renovador de representantes de la antipatria y no sé cuántas cosas más. Esas cosas me eximen de mayor explicación”.
Pero, a pesar de los intentos de posicionamiento de Giustozzi en territorio bonaerense, los mismos no son suficientes para dejar tranquilo a Massa de cara a 2015. Sabe que Insaurralde, ahora lejos de su espacio, sigue por encima de los suyos en la carrera por la gobernación. (Agencia NOVA)
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