Estudio cuestiona teoría de que fueron los europeos
Los lobos marinos podrían haber introducido la tuberculosis en las Américas siglos antes de que Cristóbal Colón pisara el continente, aseguran científicos.
Un nuevo estudio desafía la teoría de que fueron los europeos quienes introdujeron la tuberculosis en el Nuevo Mundo, donde el mal mató a millones de indígenas americanos, al igual que la tos ferina, la varicela o la gripe.
Unos 20 millones de seres humanos vivían en las Américas antes de la llegada de los europeos y un 95% murió a causa de enfermedades para las cuales no estaban inmunizados.
Sin embargo, los últimos datos revelan que la tuberculosis "puede haber desempeñado un papel en la muerte de indígenas americanos, antes de la llegada de los europeos", según la US National Science Foundation (NSF), que ayudó a financiar el estudio.
Un equipo de expertos internacionales analizó el ADN de las bacterias en tres esqueletos humanos que datan de hace mil años hallados en Perú y encontraron un tipo de tuberculosis similar a cepas que hoy en día afectan a focas, lobos y leones marinos.
El hallazgo reveló "una vía de entrada plausible, aunque inesperada, al Nuevo Mundo", escriben los autores del informe, que indica que los lobos marinos probablemente se contagiaron de animales huéspedes en África, donde la enfermedad al parecer se originó, y que llegaron nadando a través del Atlántico hasta América del Sur.
Los mamíferos probablemente fueron comidos por habitantes de la costa que a su vez contagiaron a otros con la bacteria, según el estudio, publicado en la revista Nature.
"La fuente de la tuberculosis en el Nuevo Mundo fue durante mucho tiempo una interrogante para los investigadores", indicó en un comunicado Elizabeth Tran, directora del programa de biología antropológica del NSF.
"Este estudio aporta pruebas importantes de que los mamíferos marinos son los posibles culpables".
El análisis también reveló que la tuberculosis en la forma en la que la conocemos ahora es mucho más joven de lo que se pensó inicialmente, y probablemente se desarrolló en África hace apenas 6.000 años.
El estudio ofrece respuestas a cierta cantidad de interrogantes acerca de la tuberculosis en las Américas. Genéticamente, cepas modernas de la tuberculosis del Nuevo Mundo están estrechamente relacionadas con las europeas, lo cual condujo a la conclusión de que los europeos introdujeron la enfermedad tras el primer contacto del navegante genovés Cristóbal Colón con los amerindios en 1492.
Sin embargo, existen pruebas arqueológicas en esqueletos y momias de tuberculosis presente siglos antes.
Algunos sugirieron que la enfermedad pudo haberse extendido entre los primeros humanos desde África, antes de que el puente terrestre del estrecho de Bering se inundara entre Siberia y Alaska, al final de la última glaciación, hace 11.700 años.
Pero eso no logra explicar la similitud genética con las cepas europeas, o el hecho de que la tuberculosis probablemente sea una enfermedad más reciente que esa fecha.
El último estudio concluyó que el bacilo de la tuberculosis presente en tres esqueletos eran diferentes a las cepas actualmente presentes en las Américas.
Aunque haya sido traída por los mamíferos marinos, la enfermedad al parecer fue reemplazada por cepas europeas.
"La conexión con lobos y leones de mar es importante para explicar cómo un agente patógeno adaptado a los mamíferos que se desarrolló en África hace 6.000 años puede haber alcanzado Perú 5.000 años después", dijo el coautor Johannes Krause, de la Universidad de Tubinga en Alemania.
"Una introducción por la vía marina parece ser la forma más probable en que la enfermedad alcanzó a los seres humanos en las Américas miles de años después de la inundación del puente de tierra de Bering, cuando ya no eran posibles más movimientos terrestres hacia las Américas".
Más de 8,6 millones de personas se enfermaron de tuberculosis en 2012, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y 1,3 millones murieron por esta enfermedad, primera causa de mortalidad entre los pacientes infectados con el VIH.
Las cepas que subsisten en los lobos marinos todavía pueden afectar a los seres humanos, aunque rara vez sucede, señalan los investigadores. (DocSalud
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