De cómo el ajedrez y el fraude financiero han conducido a Palantir a la simbiosis hombre-máquina
POR TOM SIMONITE TRADUCIDO POR LÍA MOYA
La derrota en 1997 del campeón del mundo de ajedrez Gary Kasparov a manos del ordenador Deep Blue de IBM es uno de los eventos más famosos de la historia del ajedrez. Pero tanto el propio Kasparov como algunos investigadores informáticos creen que en 2005 se produjo un resultado más significativo que debería guiar cómo usamos la tecnología para tomar decisiones y conseguir que se haga el trabajo.
En un torneo en línea inusual, dos amateurs estadounidenses armados con tres PC, logaron un premio de 20.000 dólares (unos 15.000 euros) en un campo lleno de superordenadores y grandes maestros. Tanto la tecnología como las habilidades ajedrecísticas de los vencedores eran evidentemente inferiores. Pero habían diseñado una forma de trabajar que creó una inteligencia combinada mayor, una en la que los humanos ponían el conocimiento y la intuición, y los ordenadores las predicciones basadas en la fuerza bruta.
Ahora, algunas empresas están diseñando software para promover justo este tipo de combinaciones hombre-máquina. Una de las que debe su éxito a este enfoque es Palantir, una empresa de software de Palo Alto, California (EEUU), en plena expansión a la que se conoce por sus estrechos lazos con las agencias de inteligencia. El director de ingeniería avanzada desplegada de la empresa, Shyam Sankar, afirma que los fundadores de Palantir se hicieron devotos del método estando en PayPal, donde diseñaron un sistema automatizado para descubrir transacciones fraudulentas. "Detecta el 80% del fraude, el fraude tonto, pero no es lo suficientemente inteligente para los criminales más sofisticados", afirma Sankar.
PayPal acabó creando software para ayudar a los humanos a cazar ese 20% más difícil ellos mismos, en forma de una suite de herramientas de análisis que les permitía actuar partiendo de su propio conocimiento de la actividad sospechosa y de enormes pilas de datos, más que esperar a que sistemas automatizados las descubrieran. Palantir, que ha recibido financiación de la CIA, ahora vende un software de análisis de datos parecido a los agentes de la ley, los bancos y otras industrias.
Sankar describe el objetivo de Palantir como el de promover la "simbiosis humano-ordenador", un término adaptado de J.C.R. Licklider, un psicólogo e informático que publicó un ensayo profético sobre el tema en 1960. Sankar lo contrasta con lo que denomina el "sesgo IA" que domina ahora en la industria tecnológica. "Nosotros nos centramos en ayudar a los humanos a investigar hipótesis", sostiene Sankar. Eso sólo se puede hacer si los analistas tienen herramientas que les permiten examinar datos de forma creativa desde todos los ángulos en busca de uno de esos momentos "¡ajá!".
En la práctica, el software de Palantir da a los usuarios las herramientas para explorar datos interconectados, e intenta presentar la información de forma visual, a menudo como mapas que hacen un seguimiento de cómo piensa la gente. Un banco ha comprado el software para poder detectar a empleados traicioneros que robaban o filtraban información sensible. El trabajo detectivesco se hacía partiendo de los registros de entrada y de salida de los empleados y los registros de sus actividades digitales en la red de la empresa. "Esto es lo contrario de la toma de decisiones automatizada, en la que un algoritmo lo averigua todo basándose en datos pasados", explica el ingeniero de Palantir Ari Gesher. "Eso funciona genial. Excepto cuando el adversario cambia. Y muchos tipos de problemas modernos cuentan con estos adversarios adaptativos".
La devoción de Palantir por la simbiosis humano-ordenador parece funcionar. La empresa, que se fundó hace nueve años, ahora mismo cuenta con 1.200 empleados y se está expandiendo a nuevas industrias, como la sanidad. Forbes ha calculado que sus ingresos para 2013 serían 450 millones de dólares (unos 330 millones de euros).
El director de estrategia de investigación en IBM, Zachary Lemnios, es otro fan de Licklider. Afirma que las ideas de Licklider ayudaron a dar forma al proyecto de IBM de "computación cognitiva", un proyecto que incluye software de ayudante virtual y chips diseñados para operar como cerebros. "Tendrás una relación completamente distinta con estas máquinas", sostiene Lemnios. Y afirma que es el cambio más importante en la interacción humano-ordenador desde que se desarrolló la interfaz gráfica de usuario hace 25 años.
Sankar también cree que el éxito de Palantir demuestra que las grandes empresas están preparadas para adoptar la simbiosis humano-ordenador ahora por las relaciones simbióticas que se han desarrollado entre la gente y sus smartphones en su vida personal. "La experiencia del consumidor ha recalibrado el mundo empresarial en general; están buscando algo que lo replique", afirma. MIT
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