Con tecnología de última generación, el INTA inauguró en campo La María, Santiago del Estero, un laboratorio modelo que permitirá generar datos bajo normas de calidad certificada para el desarrollo territorial de las regiones del NOA y el NEA. Estará integrado a la Red de Laboratorios de Suelos, Agua y Vegetales (Rilsav) del Instituto que nuclea a 30 laboratorios en todo el país.
“Contar con equipos e infraestructura nos permitirá avanzar en investigación en áreas subtropicales y semiáridas, sobre todo, teniendo en cuenta el crecimiento que tuvo la ganadería regional”, expresó José Ignacio Arroquy, técnico del INTA Santiago del Estero y responsable del área de forrajes y nutrición animal de los nuevos laboratorios.
La obra funcionará en el campo La María, La Abrita –Santiago del Estero– y contará con equipamiento de última generación para generar resultados confiables en aspectos críticos para la producción local.
Emilio Abel Azar, responsable del laboratorio de suelos, señaló que no sólo se dedican a análisis de rutina sino que también trabajan con datos para investigación: “Se brinda un informe de datos con análisis de rutina de determinación de carbono orgánico total, nitrógeno total, fósforo disponible, conductividad eléctrica, pH y otros que son sólo de investigación (cationes solubles e intercambiables, nitratos y CIC) que sirven para que el agrónomo que maneja el campo cuente con datos específicos y en función de esa información decida el tipo de cultivo que podría producir”.
En 700 metros cuadrados, las instalaciones albergarán el trabajo de técnicos del INTA, universidades e institutos del Conicet para brindar servicios internos y externos en cuanto a calidad de las aguas y el valor nutritivo de alimentos (digestibilidad in vivo, in vitro e in situ, proteínas, fibras, carbohidratos solubles y otros).
Para Arroquy, este servicio tendrá un impacto directo en los productores de la región ya que “les permitirá analizar y ajustar la alimentación de los animales según los resultados de los estudios que aquí se realizan y esto les brindará la posibilidad de conocer la calidad y la respuesta que se puede esperar en la producción animal”.
Las nuevas instalaciones tienen como finalidad optimizar el uso de equipamiento, con personal capacitado para lograr una mayor eficiencia en el uso y una adaptación a las normas certificadas IRAM que avalan al laboratorio como idóneo en las actividades que realiza. “Esto brindará la posibilidad no sólo de generar información para los productores regionales sino también contribuir sustancialmente en la formación de recursos humanos para el NOA”, dijo Arroquy.
“Apuntamos a ser referentes de la región del NOA fundamentalmente porque trabajamos bajo las nomas de calidad para las determinaciones analíticas como son las ISO 17025”, dijo Azar y agregó que para lograrlo los técnicos trabajan en la generación de protocolos para obtener datos e informes que los habilitan para formar parte de la Rilsav.
Por su parte, el responsable del laboratorio de forrajes señaló que “a nivel regional es un paso importante porque, más allá de contar con nuevo equipamiento, nos permite sumar más infraestructura para lograr una mayor interacción con diferentes actores de la comunidad científica y otras instituciones. En la experimental hay un número importante de estudiantes de posgrado que realizarán su formación en el nuevo laboratorio, y que en un futuro cercano se sumarían como recursos humanos profesionales posgraduados”, dijo Arroquy.
La Red como respaldo
El nuevo laboratorio del noroeste argentino integra, junto a otros 29, la Red de Laboratorios del INTA de Suelos, Agua y Vegetales (Rilsav) creada en el 2006, que tiene una distribución territorial estratégica cuya especialización en fertilidad de suelo y agua permite asistir a todas las ecorregiones del país.
Para Daniel Carreira, coordinador de la Rilsav, las nuevas instalaciones darán respuesta a una región que experimentó el avance de la frontera agropecuaria y “dado que se trata de un ambiente más frágil que la Pampa húmeda, requiere de un mayor monitoreo de recursos naturales como el suelo y el agua. Para ello, es clave contar con un laboratorio que, además de disponer de la capacidad de toda la estructura de la Red, sea capaz de asistir a una región demandante de este tipo de datos analíticos”, indicó el coordinador.
La Rilsav trabaja para lograr la normalización de métodos analíticos y la implementación de un sistema de gestión de la calidad, que permitirá integrar a todos los laboratorios para que, independientemente de su tamaño, complejidad o ubicación geográfica, cada uno de ellos disponga de toda la capacidad analítica instalada en la Red.
“Todo está controlado por un Programa de Ensayos de Comparación interlaboratorios que nos permite desarrollar y probar los métodos y monitorear el desempeño individual de cada uno de los laboratorios”, señaló Carreira y agregó que esa experiencia de trabajo interna se trasladó a nivel nacional para dar origen al Programa de ensayos interlaboratorios Proinsa, desarrollado mediante un convenio con el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación, donde también participan el INTI y la Asociación de la Ciencia del Suelo, para ofrecer una herramienta objetiva de evaluación del desempeño a los laboratorios de suelo públicos y privados.
No hay comentarios :
Publicar un comentario