de haber matado a Candela Sol Rodríguez en agosto de 2011, denuncia que fue abandonado y utilizado por el gobierno de la Provincia y la Policía Bonaerense. El hombre, encadenado en las rejas de Gobernación, reclama la recompensa prometida, porque tras la denuncia él su familia quedaron a la deriva. Además denunció a miembros de la cúpula policial y responsabilizó a Carolina Labradordel asesinato de su hija.
Roberto Aníbal tiene 37 años de edad, dos hijos y se desempeñaba como carnicero en Hurlingham, hasta que decidió contar a las autoridades policiales qué sabía sobre el destino de Candela Sol Rodríguez y sus posibles captores y asesinos.
Por estas horas, mientras espera que el gobernador de la provincia de Buenos Aires,Daniel Scioli, lo atienda y escuche en persona, está en encadenado en la Casa de Gobierno. En diálogo con NOVA contó detalles de la investigación y acusó a miembros de la cúpula policial de no haber cumplido con sus deberes de funcionario público
“Yo pensé que estaba haciendo un bien, que era Súperman, porque lo que yo hice para ayudar en esta causa, no tiene nombre”, comenzó relatando Aníbal.
“Gómez, López, Jara, Moreira, Bermúdez (todos involucrados en la causa) eran piratas de asfalto y tenían un galpón donde dejaban todo, frente a donde yo vivo, donde tengo el negocio. Y esta señora, Carola Labrador, vendía droga en San Martín”. El testigo indicó que “todo el mundo” que la conoce a la madre de Candela sabe cómo ella se ganaba dinero, pero nadie lo quiere confirmar para no terminar en problemas como él.
En este sentido agregó que a Candela la mataron por un “ajuste de cuentas”. “Secuestran la nena para que (Carola) devuelva la plata, un vuelto que se había quedado (por la venta de drogas)” indicó y agregó: “Ahí salió a los medios a decir ‘aguantá hija, no van a poder con nosotros, estamos cerca’ o ‘aguantá hija, yo te puse 30 pesos en el Nextel, llamame’. ¿A quién le hablaba?”, se preguntó el testigo.
Aníbal indicó que los delincuentes frecuentaban su negocio y que en una oportunidad llegaron y le pidieron dinero porque tenían que escapar. “Yo de la puerta para afuera, sabía que robaban, secuestraban, que andaban con drogas. A la nena se la llevan un día lunes y el miércoles, aparecen en mi negocio diciéndome que se querían escapar a Córdoba y entonces me pidieron 5 mil pesos para escaparse. Ese día estaba en la tele Carola y la miraron y dijeron ‘vos seguí boconeando y no vas a encontrar la nena’”, señaló Aníbal, que habrían manifestado los delincuentes.
En tanto, agregó: “Yo ahí le pregunté (si ellos tenían a Candela) y me dijeron que sí, y que habían sido enviados por otros. ‘Cuando la madre siga boconeando, le vamos a hacer esto, le vamos a hacer lo otro y la vamos a tirar a tal lado’” indicó el testigo.
Tras esta confesión, Roberto Aníbal le comunicó a dos policías que iban a su negocio todo lo que sabía. “Yo conozco a dos policías de la Brigada, Sebastián Figueroa y Alejandro Rodríguez, que siempre iban a manguear al negocio, y le conté todo. Y estos en vez de ir a trabajar ¿qué hicieron?, fueron y le dijeron a (subcomisario de la DDI de Morón) Chaparro, su jefe, y este como tranzaba con los vagos se lo pasó a otro”, denunció.
Ante esto, el policía Figueroa, le habría contado al ahora jefe de la Policía Bonaerense Hugo Matzkin, “pero cuando fue recién a laburar, encuentran la nena muerta” señaló indignado Aníbal.
En su relato en exclusivo para NOVA el testigo agregó que tras la autopsia y el velatorio, Matzkin pidió hablar con él para que le brindase más detalles. “Me hicieron ir (a declarar), pero yo no quería ir, porque se la di en vida (a Candela), no para que la encontraran muerta y me mintieron con que no me iba a pasar nada”.
Luego de la denuncia, Roberto Aníbal fue víctima de los supuestos asesinos de Candela. “Después de que conté todo, me balearon mi casa, me dieron tres tiros y mantuvieron en cautiverio durante tres días”
Ahora Roberto Aníbal reclama que el gobierno le pague la recompensa prometida por aportar datos en la causa. “Me hicieron perder cosas mías. ‘Dejá todo, dejá tu casa y tu negocio. Policía te va a dar treinta veces mejores cosas para vos’, me dijeron y ahora no tengo nada.”
Según Aníbal, por estos días no tiene hogar ni trabajo fijo. Él vive sólo y su familia en la Villa 31. Indicó que nadie quiere tomarlo como empleado porque está con una guardia permanente de custodios, y que sus posibles empleadores una vez que conocen los motivos de tanta seguridad se niegan a tenerlo como empleado por miedo. “Si yo no trabajo ¿con qué voy a mantener a mi familia?”
“Son unos sinvergüenzas, me quitaron todo. No aguanto más y no tengo más ganas de vivir así. Estoy cansado de tocar puertas, y estos sinvergüenzas me dicen: ‘quedate tranquilo que ya te vamos a dar la recompensa’. Hace 17 meses que la estoy pasando así y no doy más”, indicó desesperado.
Por otro lado, Aníbal denunció que en momentos en que tuvo testificar para la Comisión Candela en el Senado bonaerense, fue usado por Martha Arriola, secretaria de la Comisión. Según indicó buscaban que con su testimonio perjudicara al gobernador. “Me hicieron que yo dijera todo para hacerle la contra a Scioli, me usaron por política. A mí no me interesa la política, yo quiero resolver mi problema, mi situación”.
“¿Tengo que ir a robar? Yo no soy chorro. ¿A qué camino me están llevando? ¿A que me mate?, ¿a que me tire debajo de un tren? A mí me da mucha vergüenza todo lo que estoy haciendo, porque por ahí me están viendo mis hijos por los medios. Yo estoy acostumbrado a otra vida”, indicó entre lágrimas el testigo.
Finalmente, Aníbal manifestó: “Yo necesito que me atienda Scioli. Atendió a una delincuente (Carola Labrador), y no me va atender a mí. Mataron a la nena, por no ir a laburar cuando debían”, se lamentó una vez más.
“Me arruinaron la vida. Yo quiero vivir tranquilo en un lugar con mi familia”, señaló concluyente el testigo principal de uno de los casos policiales que más peguntas despertó y que al parecer pasará mucho tiempo, antes que todas sean respondidas. (NOVA)
Roberto Aníbal tiene 37 años de edad, dos hijos y se desempeñaba como carnicero en Hurlingham, hasta que decidió contar a las autoridades policiales qué sabía sobre el destino de Candela Sol Rodríguez y sus posibles captores y asesinos.
Por estas horas, mientras espera que el gobernador de la provincia de Buenos Aires,Daniel Scioli, lo atienda y escuche en persona, está en encadenado en la Casa de Gobierno. En diálogo con NOVA contó detalles de la investigación y acusó a miembros de la cúpula policial de no haber cumplido con sus deberes de funcionario público
“Yo pensé que estaba haciendo un bien, que era Súperman, porque lo que yo hice para ayudar en esta causa, no tiene nombre”, comenzó relatando Aníbal.
“Gómez, López, Jara, Moreira, Bermúdez (todos involucrados en la causa) eran piratas de asfalto y tenían un galpón donde dejaban todo, frente a donde yo vivo, donde tengo el negocio. Y esta señora, Carola Labrador, vendía droga en San Martín”. El testigo indicó que “todo el mundo” que la conoce a la madre de Candela sabe cómo ella se ganaba dinero, pero nadie lo quiere confirmar para no terminar en problemas como él.
En este sentido agregó que a Candela la mataron por un “ajuste de cuentas”. “Secuestran la nena para que (Carola) devuelva la plata, un vuelto que se había quedado (por la venta de drogas)” indicó y agregó: “Ahí salió a los medios a decir ‘aguantá hija, no van a poder con nosotros, estamos cerca’ o ‘aguantá hija, yo te puse 30 pesos en el Nextel, llamame’. ¿A quién le hablaba?”, se preguntó el testigo.
Aníbal indicó que los delincuentes frecuentaban su negocio y que en una oportunidad llegaron y le pidieron dinero porque tenían que escapar. “Yo de la puerta para afuera, sabía que robaban, secuestraban, que andaban con drogas. A la nena se la llevan un día lunes y el miércoles, aparecen en mi negocio diciéndome que se querían escapar a Córdoba y entonces me pidieron 5 mil pesos para escaparse. Ese día estaba en la tele Carola y la miraron y dijeron ‘vos seguí boconeando y no vas a encontrar la nena’”, señaló Aníbal, que habrían manifestado los delincuentes.
En tanto, agregó: “Yo ahí le pregunté (si ellos tenían a Candela) y me dijeron que sí, y que habían sido enviados por otros. ‘Cuando la madre siga boconeando, le vamos a hacer esto, le vamos a hacer lo otro y la vamos a tirar a tal lado’” indicó el testigo.
Tras esta confesión, Roberto Aníbal le comunicó a dos policías que iban a su negocio todo lo que sabía. “Yo conozco a dos policías de la Brigada, Sebastián Figueroa y Alejandro Rodríguez, que siempre iban a manguear al negocio, y le conté todo. Y estos en vez de ir a trabajar ¿qué hicieron?, fueron y le dijeron a (subcomisario de la DDI de Morón) Chaparro, su jefe, y este como tranzaba con los vagos se lo pasó a otro”, denunció.
Ante esto, el policía Figueroa, le habría contado al ahora jefe de la Policía Bonaerense Hugo Matzkin, “pero cuando fue recién a laburar, encuentran la nena muerta” señaló indignado Aníbal.
En su relato en exclusivo para NOVA el testigo agregó que tras la autopsia y el velatorio, Matzkin pidió hablar con él para que le brindase más detalles. “Me hicieron ir (a declarar), pero yo no quería ir, porque se la di en vida (a Candela), no para que la encontraran muerta y me mintieron con que no me iba a pasar nada”.
Luego de la denuncia, Roberto Aníbal fue víctima de los supuestos asesinos de Candela. “Después de que conté todo, me balearon mi casa, me dieron tres tiros y mantuvieron en cautiverio durante tres días”
Ahora Roberto Aníbal reclama que el gobierno le pague la recompensa prometida por aportar datos en la causa. “Me hicieron perder cosas mías. ‘Dejá todo, dejá tu casa y tu negocio. Policía te va a dar treinta veces mejores cosas para vos’, me dijeron y ahora no tengo nada.”
Según Aníbal, por estos días no tiene hogar ni trabajo fijo. Él vive sólo y su familia en la Villa 31. Indicó que nadie quiere tomarlo como empleado porque está con una guardia permanente de custodios, y que sus posibles empleadores una vez que conocen los motivos de tanta seguridad se niegan a tenerlo como empleado por miedo. “Si yo no trabajo ¿con qué voy a mantener a mi familia?”
“Son unos sinvergüenzas, me quitaron todo. No aguanto más y no tengo más ganas de vivir así. Estoy cansado de tocar puertas, y estos sinvergüenzas me dicen: ‘quedate tranquilo que ya te vamos a dar la recompensa’. Hace 17 meses que la estoy pasando así y no doy más”, indicó desesperado.
Por otro lado, Aníbal denunció que en momentos en que tuvo testificar para la Comisión Candela en el Senado bonaerense, fue usado por Martha Arriola, secretaria de la Comisión. Según indicó buscaban que con su testimonio perjudicara al gobernador. “Me hicieron que yo dijera todo para hacerle la contra a Scioli, me usaron por política. A mí no me interesa la política, yo quiero resolver mi problema, mi situación”.
“¿Tengo que ir a robar? Yo no soy chorro. ¿A qué camino me están llevando? ¿A que me mate?, ¿a que me tire debajo de un tren? A mí me da mucha vergüenza todo lo que estoy haciendo, porque por ahí me están viendo mis hijos por los medios. Yo estoy acostumbrado a otra vida”, indicó entre lágrimas el testigo.
Finalmente, Aníbal manifestó: “Yo necesito que me atienda Scioli. Atendió a una delincuente (Carola Labrador), y no me va atender a mí. Mataron a la nena, por no ir a laburar cuando debían”, se lamentó una vez más.
“Me arruinaron la vida. Yo quiero vivir tranquilo en un lugar con mi familia”, señaló concluyente el testigo principal de uno de los casos policiales que más peguntas despertó y que al parecer pasará mucho tiempo, antes que todas sean respondidas. (NOVA)
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