Más de 450 comercios e industrias de la Ciudad de Buenos Aires se vieron duramente afectadas por el intenso temporal registrado en la madrugada del lunes. La historia se repite. Es el tercer desastre climático del año que enfrenta la ciudad, con pérdidas económicas sustanciales para el empresario PYME.
Según estimaciones de las PYMES afectadas, los daños sobre sus instalaciones, las pérdidas de mercadería y el menor nivel de ventas por el cierre temporario para acondicionar la empresa, el temporal dejó un costo promedio de $23.000 por empresa afectada, lo que arroja un impacto económico sobre las PYMES de la ciudad de Buenos Aires por $10,3 millones.
A eso hay que sumar complicaciones como los cortes de luz que dificultaron realizar determinadas actividades comerciales e industriales en otras tantas empresas, y el mayor ausentismo del personal como consecuencia de los anegamientos en calles y barrios tanto de la ciudad como del Gran Buenos Aires, que impidieron que los trabajadores salgan de sus hogares. A su vez, como el servicio meteorológico comunicó que habría otro temporal similar entre las 17hs y las 21hs del lunes, miles de comercios frenaron su actividad y cerraron algunas horas antes de lo habitual sus puertas.
Es grave que las autoridades de la Ciudad sigan omitiendo este tipo de acontecimientos de sus políticas de gobierno. No son sucesos ocasionales. Situaciones con consecuencias similares se repiten al menos 2 ó 3 veces al año sobre Buenos Aires. Y particularmente 2012 es de los años con mayor cantidad de temporales e inundaciones desde el año 2000. Barrios comerciales o industriales importantes como Belgrano, Núñez, La Boca, Palermo, Almagro, Villa Crespo, Mataderos, y Constitución, volvieron a quedar convertidos en verdaderas lagunas, ocasionando pérdidas de considerable magnitud en los empresarios.

Algunas de las consecuencias sobre industrias y comercios que provocó el temporal fueron:
En el barrio de Belgrano, hubo calles como Cabildo, Cramer o Blanco Encalada que quedaron totalmente anegadas en algunos tramos, con hasta un metro de agua que ingresó en muchísimos comercios y arruinó mobiliario y mercadería.
En barrios como Caballito, Constitución, Palermo, Belgrano se cortó la luz e impidió operar durante horas a muchas industrias. También muchos comercios debieron permanecer cerrados hasta el restablecimiento del servicio.
En todos los barrios volaron carteles, cayeron árboles o ramas, que rompieron vidrieras, cables y generaron situaciones caóticas.
Un recorrido por los barrios Villa Santa Rita y Villa General Mitre mostró un panorama desolador: los sumideros no llegaron a absorber el agua, lo que generó hasta 40 cm de agua en las calles con numerosos comercios invadidos por la corriente de agua y en ocasiones sin capacidad suficiente de desagüe.
En la tradicional avenida Nazca se podían ver autos chocados, otros llevados por el agua, calles inundadas y comercios cerrados o atendiendo lo básico frente al corte de suministro de luz desde las 8 de la mañana. La misma situación de vivió en la avenida Gaona y tantas otras.
Este nuevo temporal sucedido sobre fines de octubre golpea sobre un empresario PYME con niveles de rentabilidad muy ajustados y escaso margen para enfrentar los costos en forma individual. A su vez, la inundación encontró a muchos comercios con gran cantidad de stock (como es habitual a fines de octubre frente a la llegada de fin de año) que se perdió con el agua. Frente a esa realidad, desde CAME solicitamos:
1- Prorrogar por 60 días el pago de ingresos brutos y tasas municipales para las PYMES afectadas por el temporal.
2- Modificar la normativa de la Ciudad de Buenos Aires y en lugar de subsidios para inundaciones establecer un sistema de indemnizaciones para PYMES afectadas, con cobro dentro de los 60 días de presentado los papeles y por montos que se ajusten a la realidad.
3- Preparar un proyecto de Ley para la creación de un Fondo de Reparación de comercios e industrias pyme afectadas por catástrofes climáticas.
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