El grupo económico BRICS -conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- ha logrado constituirse como una opción a los grupos y fondos tradicionales comandados por Estados Unidos.
Surgido a comienzos de siglo, a raíz de la crisis de los puntocom, presentó un buen comportamiento hasta la explosión de la burbuja inflacionaria en 2008, lo que devino en una crisis en la mayoría de los países, alcanzando hoy en día a la economía china.
Los BRICS, con su decisión de formar una pileta de reservas – así como un banco de inversión-, han puesto en riesgo la hegemonía del dólar como moneda de reserva. Así es que, para competir contra ella, su proyecto es constituir nuevamente el patrón oro. Esta medida es pensada con el fin de evitar que el dinero sin valor intrínseco siga dañando las economías del grupo.
En los últimos meses, los BRICS se han estado relacionando intensamente y, por la proximidad de Argentina con Brasil, en el país se han empezado a sopesar diversas razones por las cuales le convendría participar del mismo. Por esta razón, desde CECREDA, presentamos un informe que calcula los beneficios que resultarían de la inserción de nuestro país en el grupo.
En el presente escrito, tomamos en cuenta que Argentina se ha visto en conflicto con una pequeña fracción de acreedores que no han querido reestructurar su deuda, este 7% -conocido como “fondos buitre”- ha intentado desestabilizar la economía a través de diversas medidas. Frente a este contexto, no es negativo que Argentina considere diferentes fuentes de financiación internacional y los BRICS se constituyen en una buena opción para ello.
A su vez, consideramos que el ingreso de Argentina en los BRICS podría traccionar políticas de inclusión social en el resto de las naciones, ya que nuestro país está muy bien posicionado en el índice de desarrollo humano, realizado por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la UNESCO –tomando en comparación los demás miembros-.
Así es como, tras el análisis del contexto local e internacional, arribamos a las siguientes consecuencias positivas que devendrían de la inserción de Argentina en los BRICS: la reducción de tasas de interés de los mecanismos internacionales, la disminución de los mercados negros del dólar, el incremento y la diversificación de sus socios comerciales y, finalmente, se podría dar vida a políticas macroeconómicas de largo plazo, constantes y coherentes con los acuerdos internacionales.
Mauro González Presidente
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