El ataque cometido en la madrugada del pasado viernes 31 de julio de 2015 por colonos israelíes que incendiaron una casa palestina en una aldea de Cisjordania y provocaron la muerte de un bebé de 18 meses no es un hecho aislado. Solo en 2015, hasta el 6 de julio, colonos extremistas han cometido 112 agresiones contra ciudadanos palestinos o sus propiedades en Cisjordania y Jerusalén Este, de las que 39 acabaron con uno o varios palestinos heridos, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (OCHA, en sus siglas en inglés). En 2014, hubo un total de 312 asaltos perpetrados por colonos israelíes contra civiles palestinos.
Según los datos recopilados por B’Tselem (ONG israelí de derechos humanos en los territorios palestinos ocupados), desde agosto de 2012, civiles israelíes han incendiado un total de nueve casas de palestinos en Cisjordania, además de mezquitas, negocios y tierras de cultivo.
Una de las agresiones más graves ocurridas en las últimas semanas, de acuerdo con la información de la ONG, se produjo cuando un grupo de personas lanzaron un cóctel molotov en el interior de un taxi. La familia palestina que viajaba en él resultó gravemente herida.
“El hecho de que la policía no haya resuelto estos casos no es producto del destino” sino de la no aplicación de la ley contra los colonos violentos”, denuncia B’Tselem, que cree que la condena oficial —el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó este viernes el ataque de terrorista— es “retórica vacía”.
Además, durante las protestas por la muerte de un niño de 18 meses en el incendio de su casa de Duma (Cisjordania), dos palestinos murieron en la noche del viernes al sábado en incidentes separados: uno de ellos en Cisjordania y el otro cerca de la valla fronteriza de Gaza, según fuentes médicas. El joven muerto en Cisjordania, Laith al-Jaldi, de 17 años, falleció en la noche del viernes al sábado después de ser herido por soldados israelíes cerca de Birzeit, a unos 12 kilómetros al norte de Jerusalén, en el distrito de Ramala. Al-Jaldi, residente del campo de refugiados de Yalazone, recibió un disparo en el pecho tras lanzar un cóctel molotov contra un puesto militar israelí. El joven fue trasladado a un hospital de Ramala, donde fue intervenido de urgencia, pero sucumbió a sus heridas. Tras su entierro, las fuerzas israelíes hirieron con balas de goma a ocho palestinos que participaban en una protesta por la muerte de al-Jaldi.
El otro joven, Muhammad al-Masri, también de 17 años, murió cerca de la valla fronteriza al norte de Gaza debido al fuego de soldados israelíes.
Con estas dos muertes se eleva a una veintena el número de palestinos muertos por fuego de las fuerzas israelíes en lo que va de este año, según datos de la agencia palestina Maan.
Los miembros de la familia del bebé muerto el viernes, Ali Dawabsha, se hallaban el sábado 1 de agosto ingresados en estado muy grave en hospitales israelíes. Según fuentes hospitalarias, la madre, Reham, tiene quemaduras de tercer grado en el 90% de su cuerpo; el hermano, de cuatro años, sufre quemaduras de segundo grado en el 60% de su cuerpo; mientras que el padre, Saad, tiene el 80% abrasado con quemaduras de segundo grado.
Por otra parte, la Embajada del Estado de Palestina en la Republica Argentina informó en su página web que el Parlamento israelí adoptó el jueves 30 de julio de 2015 una ley que autoriza la alimentación por la fuerza de los prisioneros en huelga de hambre. Esta ley tiene como objetivo impedir que los palestinos dejen de alimentarse en la cárcel como medio de presión sobre las autoridades israelíes. La asociación de médicos israelíes se había pronunciado en contra de la adopción del texto, y advertido que ordenaría que se “actúe únicamente en función de las reglas éticas, y que no se alimente a los huelguistas de hambre en contra de su voluntad”.
Los palestinos ya han pedido al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el establecimiento de una fuerza internacional de protección para los pobladores árabes tanto de Cisjordania como de la Franja de Gaza.
La violencia solamente engendra más violencia. No hay camino para la paz y la justicia, la paz y la justicia son el camino. El Centro Islámico de la República Argentina siempre ha sostenido el concepto de que los conflictos deben resolverse pacíficamente mediante la legislación internacional. La creación del Estado de Palestina, libre, independiente y soberano con capital en Jerusalén es la justa solución que permitirá que la paz y la justicia reinen definitivamente en Tierra Santa.
"Dios invita a la Morada de la Paz y dirige a quien Él quiere a una vía recta." (El Sagrado Corán, 10:25)
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