Doctora salubrista reco- mienda tratar el agua adecuadamente y confiar en el caso de pozos profundos que no hayan tenido contacto con las emanaciones del Calbuco. Por otro lado, advierte sobre otros efectos en la salud.
Tras la erupción del Calbuco, la tragedia recién comienza en el caso de los animales que son quienes beben agua contaminada que los intoxica y provoca diarreas. Un mal al que se suma la falta de pasto, el que se encuentra cubierto por las cenizas.
El vital elemento, también es una prioridad para las personas en materia de provisiones. La coordinadora del Programa de Salud Pública de la Universidad Central, Nelly Baeza señala que el agua que proviene de vertientes se ha contaminado con ceniza volcánica, por lo cual es necesario decantarla y clorar para que sea apta para el consumo humano. "El sabor y olor del agua es desagradable pero no es un potencial peligro, si se tienen las precauciones descritas", explica.
añade.
Aunque en la zona del volcán Calbuco la provisión de agua es de pozos profundos,es recomendable resguardar las norias y otros sitios donde caiga la ceniza, sin embargo no debería presentar otros problemas a medida que el agua siga corriendo con el pasar de los días.
Baeza, adcierte también sobre las principales afecciones que provocan las cenizas volcánicas y que son virtualmente 3: respiratorios, oculares y a la piel.
"La inhalación de las cenizas provoca una inflamación en el sistema respiratorio y parálisis ciliar, lo cual genera desde congestión nasal y tos irritativa, hasta bronquitis obstructivas y muerte por asfixia, si se está en un lugar con alta concentración de cenizas", advierte la facultativa.
Los problemas oculares más comunes en estos casos son la irritación de la conjuntiva y la córnea, provocando conjuntivitis y uveítis, "las personas que usan lentes de contacto tienen mayores problemas, por ello se aconseja no usarlos y utilizar algún protector y lubricante", explica la Dra. Baeza. Las cenizas, además, pueden ocasionar urticarias de distinta envergadura, dependiendo de la susceptibilidad de cada persona.
Una erupción volcánica de esta magnitud también impacta en la salud mental de la población que, frente a un peligro por un evento desconocido e incontrolable, puede experimentar crisis de pánico y de angustia.
Para protegerse, recomienda, lo primero es evacuar los lugares poblados, usar protección para nariz, boca y ojos, mantenerse en casa con puertas y ventanas cerradas en lo posible y acoger a familiares damnificados, para contenerlos y apoyarlos. También estar atentos a las indicaciones de la autoridad; y siempre mantener la calma si se encuentro en un lugar seguro, indica la salubrista.
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