La robótica comienza a alejarse de los laboratorios para invadir nuestros hogares y convertirse en el ayudante ideal para hacer las tareas del hogar.
Hasta hace unos años, la investigación en robótica y la ciencia ficción habían seguido trayectorias bastante diferentes. Pero en los últimos tiempos esta situación ha cambiado, consiguiendo que los robots se parezcan cada vez más a los que en su día pudimos encontrar en los relatos de Asimov, Arthur C. Clarke o de Philip K. Dick.
La robótica comienza a alejarse de los laboratorios para invadir nuestros hogares y convertirse en el ayudante ideal para hacer las tareas del hogar. Es el caso de Jibo, un pequeño robot capaz de interaccionar con las personas ayudándolas entre otras cosas, a organizar sus quehaceres. No tanto en los mecánicos, como los virtuales. Como un 'smartphone', pero autónomo hasta cierto punto y con personalidad.
A simple vista, Jibo puede parecer un robot más. Pero no es así. Su forma de interactuar con las personas le podría ayudar a convertirse en un miembro más de la familia. Este dispositivo con una pantalla táctil de 5,7 pulgadas y un cuerpo de aluminio y plástico, pero que ha sido diseñada como un ojo que consigue transmitir emociones.
Las dos cámaras que lleva incorporadas Jibo le permiten reconocer rostros, hacer fotos con tan solo decirle "Jibo, take a picture" e incluso videollamadas. También puede oír gracias los micrófonos que lleva incorporados y hablar. Esta última característica hará que sus usuarios nunca se olviden de las tareas que tienen que hacer ya que Jibo estará para recordárselo.
Los algoritmos de inteligencia artificial con los que cuenta este robot le ayudan a aprender las preferencias de sus dueños permitiéndole adaptarse a su vida y ayudarle como si de un asistente personal se tratara. Por último, este pequeño robot es capaz de comunicarse a través de su pantalla en la que muestra expresiones de alegría o tristeza.
Jibo no tiene la capacidad de moverse por sí solo pero sí que puede girar su redonda cabeza 360 grados para poder interactuar con sus usuarios siempre que le llamen. Su ligereza le permite ser transportado fácilmente a cualquier lugar de la casa donde se le pueda necesitar. Aunque inmóvil, el robot no sea muy diferente a una lámpara, sus sencillas articulaciones permiten que se mueva de forma bastante natural, casi como si fuese un ser vivo.
Resulta sencillo sentir simpatía por Jibo, con tan solo ver el vídeo de presentación (más conceptual que real, con una mezcla de grabación real y post-producción):
Es el perfecto compañero para cualquier miembro de la familia. Este robot es capaz de contar cuentos a los más pequeños pudiendo añadir varios libros a su biblioteca interna. Además Jibo, se puede conectar a Internet o a cualquier smartphone vía WiFi o Bluetooth y, para manejar la información recibida, incorpora un procesador ARM de cuatro núcleos.
Este dispositivo ha sido creado para el entorno familiar y que ha sido desarrollado por JIBO Inc, la empresa fundada por Cynthia Breazeal, profesora del MIT Media Lab; mide unos 28 centímetros y pesa menos de 3 kilos.
Este robot cuyo diseño se asemeja al de la lámpara de Pixar apareció por primera vez el pasado verano a través de su campaña de crowfunding en la plataforma Indiegogo. La desarrolladora lo define como "el primer robot familiar del mundo".
La campaña de financiación finalizó el pasado 14 de septiembre, con 2,3 millones de dólares recaudados, una cifra muy superior a los 100.000 que buscaba. Desde entonces el dispositivo se encuentra en etapa de desarrollo y tiene previsto salir a la venta en 2016, con un precio previsto de 599 dólares. En la página oficial los dispositivos ya están agotados. Entre finales de este año y principios del siguiente, los "padres" de Jibo comenzarán a enviar las primeras unidades a los desarrolladores.
En esta entrevista a The Wall Street Journal, Breazeal explica un poco más sobre las posibilidades y el futuro de este prometedor robot:
EP - INNOVAticias
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