Mediante el desarrollo de su proyecto FONDECYT Postdoctorado Nanopartículas superparamagnéticas estabilizadas con almidón como aditivo prooxidante para la degradación de polietileno de baja densidad, Claudio Pozo busca mitigar el problema de los desechos plásticos.
Uno de los plásticos más utilizados en la actualidad, es el polietileno de baja densidad LDPE, presente principalmente en bolsas y botellas contendedoras. Entre las características fundamentales del polímero, está la flexibilidad, la transparencia y su alta resistencia térmica, química y al impacto.
Desde un punto de vista ambiental, el LDPE tiene la desventaja de ser muy resistente a la biodegradación y difícil de reciclar. Ante dicha problemática, que provoca altos índices de contaminación terrestre y marítima, surgen dos alternativas: el manejo correcto de residuos, y la promoción de la degradación a través de la incorporación de aditivos prooxidantes. Es en esta última índole en la que Claudio Pozo desarrollará su investigación.
“La mineralización del polietileno de baja densidad, puede demorar cientos de años. Debido a su difícil reciclaje, la mayoría termina en rellenos sanitarios y en el mar, generando graves problemas ambientales. Con la incorporación de prooxidantes (compuestos químicos que inducen la oxidación) esperamos disminuir el tiempo de degradación en al menos un orden de magnitud. Esta disminución permitirá un uso más eficiente de los rellenos sanitarios y atenuará la fragmentación e incorporación de plástico en las redes tróficas terrestres y marinas”, cuenta Pozo.
Cabe mencionar que el proyecto patrocinado por el Centro de Investigación de Polímeros Avanzados, CIPA, durará dos años y contará con un monto total de alrededor de 47 millones de pesos.
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