La epidemia de ébola sigue su curso sin piedad cobrándose vidas en África Occidental. Desde que Médicos Sin Fronteras (MSF) diera la voz de alarma allá por marzo de este año, el brote no se ha relajado sino todo lo contrario: los expertos han llegado incluso a afirmar que está fuera de control.
Pasados unos meses, y aunque la crisis no parece que haya llegado a su fin ni mucho menos, hay quien ya saca sus conclusiones y pide aprender de los errores para futuros escenarios.
Esta semana el diario francés Libertation publicaba una entrevista a Peter Piot, exdirector de Onusida y miembro del equipo que descubrió el ébola hace 38 años. En ella, el científico criticaba duramente la respuesta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado a la crisis del ébola.
El investigador, actual director de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, culpó a la organización dependiente de las Naciones Unidas de haber actuado muy lentamente: "la alerta se dio en marzo y, pese a las demandas de MSF, la OMS no despertó hasta julio, asumiendo el liderazgo cuando ya era tarde".
Desde MSF consideran que no es cuestión de "hacer sangre", y advierten de que no se deben perder energías en debates que desvíen la atención de lo verdaderamente importante: poner todos los esfuerzos necesarios en terreno para frenar la epidemia. En cualquier caso, José Antonio Bastos, presidente de Médicos Sin Fronteras en España, considera que "la OMS ha estado muy lenta en declarar esta epidemia una emergencia internacional" algo que ocurrió en agosto, y "debería haberse hecho, como tarde, en junio".
En Médicos del Mundo creen que "la declaración de emergencia fue una buena medida, pero tardía, porque las organizaciones sanitarias humanitarias llevábamos meses alertando de la magnitud del problema". Además, señalan que en esta crisis están viendo un claro déficit en los esfuerzos de prevención: "en el terreno, la prevención no está siendo una prioridad, y esto es imprescindible, ya que el ébola no tiene tratamiento", señalan desde la ONG a este periódico.
"Este no es el momento del 'ya te lo dije' -relata Bastos en conversación con EL MUNDO- pero cuando MSF advirtió en marzo de que esta epidemia era excepcional y de que, por tanto, requería esfuerzos adicionales, la reacción de la OMS fue que estábamos siendo alarmistas", cuenta el presidente de la organización humanitaria, añadiendo que "ojalá" hubieran tenido razón.
Sin embargo, no todos los implicados lo ven así. Santiago Mas-Coma, presidente de la Federación Internacional de Medicina Tropical y miembro experto de la OMS, argumenta que las características de esta epidemia la hacen totalmente distinta a las anteriores (por número de casos y por su distribución geográfica), por lo que "no se puede decir que la OMS ni nadie reaccionara tardíamente, porque nos encontramos ante una situación totalmente nueva y sin experiencia previa", explica a este periódico.
Por su parte, Bastos cree que hay algo que es humanamente comprensible: el miedo a ser alarmista. Se trata de buscar un punto de equilibrio entre la sobrerreacción que pueda hacer que cunda el pánico y la no reacción. En su opinión, en los últimos meses, "la OMS ha optado por una actitud más conservadora y ha preferido la no reacción, pero ya se han dado cuenta de que es el momento de reaccionar".
Porque, dejando a un lado la disyuntiva de si la OMS reaccionó a tiempo o no, lo que hay que hacer ahora es centrarse en el presente: ¿está sabiendo la OMS, a día de hoy, coordinar la epidemia de ébola? Ante esta cuestión, Bastos responde que "está empezando lentamente a hacerlo".
Al margen esta polémica, desde MSF reclaman un mayor protagonismo de la organización supranacional en la gestión del brote. "Lo que hace falta es que la OMS asuma un rol muchísimo más potente de liderazgo y coordinación", declara Bastos.
En su opinión, ya no es tan necesario que la OMS envíe un equipo a ayudar a enterrar cadáveres, u otro que pase mensajes de concienciación: lo que verdaderamente urge es que se siente con todos los actores implicados para que hagan una revisión lo suficientemente estratégica de cuál es la situación en cada país y se desarrolle un plan global, plan que finalmente vio la luz el pasado jueves. "En esta epidemia la OMS tiene un rol irremplazable, porque hace falta una institución con mandato político, con credibilidad y legitimidad para interactuar al más alto nivel y coordinar una respuesta", declara el presidente de MSF.
Fue el pasado jueves cuando finalmente la OMS presentó la hoja de ruta sobre el ébola- documento que en MSF consideraban urgentísimo- y en el que se establece como objetivo detener la transmisión internacional del virus en un plazo de seis a nueve meses.
Desde MSF dan la bienvenida al plan, pero señalan que hay enormes dudas sobre quién implementará algunas cuestiones que aparecen en el mismo: "¿Cuánto tiempo será necesario para capacitar a las organizaciones para crear y gestionar un centro de atención de ébola?, ¿cuánto tiempo pasará antes de que los nuevos centros sean operativos?, ¿quién va a realizar actividades tan vitales como la educación para la salud , el rastreo de contactos y los entierros seguros en las comunidades afectadas? ", se preguntan.
A día de hoy, muchos no se explican cómo es posible que la OMS no hubiera implementado esta hoja de ruta mucho antes, y que haya esperado hasta el 28 de agosto -casi medio año después del comienzo de la epidemia- para tenerla lista. Mas-Comas recuerda que hacer un plan estratégico de este tipo "no tiene nada de fácil", y explica que desde la sede de la organización en Ginebra se ha estado trabajando en ello "sin parar", pero que muchas veces la velocidad de los acontecimientos ha obligado a replantearse las cosas (como ha ocurrido con los casos del Congo, donde se ha tardado varios días en saber si se trataba de una expansión de la epidemia o de un brote independiente).
En cualquier caso, no hay que olvidar que la OMS no es un ente abstracto, sino una organización formada por 194 Estados miembros. En este sentido, habría que preguntarse qué ha hecho individualmente cada país para ayudar a contener el brote. Por ejemplo, ¿qué ha hecho España? Según cifras de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, España ha enviado ayuda a los países afectados por valor de 500.000 euros, frente a los 300.000 de Dinamarca o los más de 14 millones estadounidenses y los 3,5 millones canadienses (siempre según cifras gubernamentales).
"Sería la ciudadanía española quien tendría que movilizarse y arrinconar al Estado español para que se implique", opina Bastos. Sea como fuere, recuerda que desde MSF van a seguir comprometidos con esta epidemia. No obstante, advierte: "Lo que estamos haciendo lo vamos a seguir haciendo, pero no podemos hacer más de lo que hacemos".
José Antonio Bastos cree que es contraproducente que MSF acapare la acción frente al ébola: "le estaríamos haciendo un flaco favor al mundo si monopolizásemos la respuesta. Ahora es el momento para que más instituciones aprendan y se impliquen", concluye. Fuente: El Mundo.es
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