
Sabemos que el azúcar es uno de los grandes males de la actualidad, pues es difícil escapar de su consumo y además, puede hacer mucho daño. Por ello, esta familia decidió aboradar la saludable y difícil tarea de pasar un año sin comer azúcar y apreciar las consecuencias sobre su organismo.
La razón, Eve tomó conocimiento que su hija Lucy, que tiene 16 años de edad había sido diagnosticada con diabetes tipo 1 (mellitus)
.La familia, que incluye a otros dos hijos -Jack, de 12 años de edad, y Emma, de 18-, siempre había vivido lo que Jason define como una vida holística, con homeopatía y escolaridad en el hogar como parte de su estilo de vida. Así que cuando Lucy recibió el diagnóstico fue un shock.
Y pese a vender 2.500 y 3.000 tortas a la semana. para vivir tomaron esa decisión entre todos simultáneamente.
Contra el Médico
Ellos contradijeron los consejos del doctor, y siguieron una dieta baja en calorías, sin azúcar y alta en proteínas y grasas con muchos vegetales.
Aceptan que en un principio fue muy difícil e incómodo, pero aseguran sentirse más sanos y más enfocados. En general, comen menos y los gastos en comida han ido en picada.
En cuanto a Lucy, su diabetes está controlada. Todavía se inyecta insulina, pero en general se mantiene estable.
Como familia, calculan que han perdido en total unos 53 kilos. Clare y Jason han perdido 20 kilos cada uno.
"Te empiezas a sentir más despierto, más alerta y no me arrepiento pues porque mis niveles de energía siguen siendo buenos", señala Jason.
"Perdí casi 20 kilos que, para ser justos, tenía que perder".
La presión arterial de todos los miembros de la familia se ha mantenido, pero no se han hecho un examen de colesterol.
Clare cuenta que tuvo una conversación con un buen amigo, quien le recordó que la gente no dejará de comer tortas sencillamente porque a Lucy la habían diagnosticado diabetes.
"En un principio me sentí mal, pero tenemos que seguir pagando las cuentas. Esa es la realidad y nos llevará tiempo evolucionar nuestro negocio hasta que dejemos de necesitar el azúcar", agrega Jason.
"Quizás con el tiempo hagamos productos más salados en vez la pastelería dulce. Esa podría ser una salida. Pero creo que la realidad es que tenemos que mantener nuestro negocio vivo, necesitamos el dinero que genera y todavía le está yendo bien".
Ellos utilizan cerca de media tonelada de azúcar a la semana para sus tortas, en su mayoría azúcar en polvo, aunque también azúcar morena, melaza, sirope y miel.
Como bien sabe cualquier cocinero, debes probar tus recetas durante el proceso de realización.
Catador voluntario
Si renunciaron al azúcar, ¿cómo prueban lo que elaboran?
"No es que estemos escasos de catadores de tortas, hay muchos voluntarios. Si es absolutamente necesario, entonces le damos una probadita", responde Clare.
"Lo bueno es que las recetas no han cambiado en 30 años".
Jason siente que los gobiernos se equivocan en la forma en que atacan la obesidad, achacándosela a la grasa y no al azúcar.
También cree que las grandes compañías se las arreglan con un mercadeo engañoso cuando promocionan que un producto es bajo en grasas y puede tener altos niveles de azúcar.
Clare piensa que eliminar completamente el azúcar de la dieta es difícil, y aboga por la moderación.
"Para mí, cuando estaba creciendo, las tortas eran un premio de los domingos. No era algo diario, pero ahora es diferente para los niños".
"Las tortas, galletas o algo dulce se han convertido en un hábito diario. Sencillamente se ha convertido en algo excesivo. Si todo fuera
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