![]() |
Instalaciones empleadas en la investigación. (Foto: IFR) |
La paja que se obtiene con el trigo, la cebada, la avena y el aceite de semilla de colza, entre otros, es vista como una fuente potencial de biomasa para la producción de biocombustibles de segunda generación, debido a la gran cantidad de este subproducto que se genera en el mundo. En el caso del Reino Unido, actualmente se producen alrededor de 12 millones de toneladas de paja. Aunque una parte de esta paja se usa para que se acuesten sobre ella los animales en granjas, o para otros fines, todavía existe un gran excedente.
La paja contiene una mezcla de azúcares que podría ser utilizada como fuente de biocombustibles. Además, este aprovechamiento no implicaría competir con la producción agrícola de alimentos. Esta vía de obtención de materia prima para biocombustibles representaría una forma sostenible de utilizar residuos agrícolas. Sin embargo, los azúcares de la paja están en una forma que los hace inaccesibles para las enzimas que de otro modo los liberarían dejándolos a punto para su conversión en biocombustibles, por lo que se necesitan tratamientos previos. Estos tratamientos previos hacen que los carbohidratos complejos sean más accesibles a las enzimas que los convierten en glucosa. Esta es entonces fermentada por levadura, dando como resultado final etanol.
Unos especialistas del Instituto de Investigación Alimentaria (IFR), dependiente del Consejo de Investigaciones en Biotecnología y Ciencias Biológicas (BBSRC), del Reino Unido, están dando pasos prometedores en un método para convertir paja derivada de la producción de aceite de semilla de colza, en biocombustible.
Los resultados preliminares conseguidos por el equipo del profesor Keith Waldron apuntan a modos de lograr que el proceso sea más eficiente, así como a vías para mejorar la propia paja como materia prima. (NCYT)
No hay comentarios :
Publicar un comentario