Los coordinadores del libro Procesos Políticos y electorales en América Latina analizan los comicios regionales de los últimos tres años. Aseguran que hubo más continuismos que cambios y que los intentos de modificar la Constitución son una constante histórica.
Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS)- Durante los últimos tres años, millones de latinoamericanos han concurrido a las urnas para ejercer el deber cívico de elegir a sus gobernantes. Los resultados, variados y heterogéneos, respondieron a las lógicas políticas y sociales de cada país.
Procesos Políticos y electorales en America Latina (2010-2013) de la Editorial Eudeba, es el resultado de una compleja y profunda investigación de un grupo de expertos coordinados por los doctores en Ciencias Políticas Manuel Alcántara y María Laura Tagina. En diálogo con Agencia CTyS, los académicos analizan el escenario político a partir de las PASO en Argentina y la influencia de la corrupción en los distintos países.
¿Han podido observar algún factor en común en los distintos procesos eleccionarios en Latinoamérica?
Manuel Alcántara Sáez: Hay que tener una aproximación muy individualizada de cada caso, cada país es una particularidad. Lógicamente hay algunas tendencias regionales que funcionan a veces como aceleradoras de procesos. Pero eso se da de tiempo en tiempo, no ocurre siempre. Por ejemplo, parece obvio que en torno a los años 2002 y 2003 hubo una suerte de fenómenos de ósmosis en el que se produjeron cambios importantes en varios países hacia la misma dirección política. En el último período esto no se constata de la misma manera. Hay procesos electorales muy diferentes y no se observa una convergencia en los mismos.
¿Cómo influyeron la crisis económica internacional y los procesos de corrupción en las elecciones de la región?
MAS: La corrupción es un mal que ataca a la democracia contemporánea, tanto en Europa como en América Latina. Esta última no se ha librado de ello. Por supuesto, tiene sus efectos en las dinámicas electorales. Se vio claramente en los comicios de Honduras o las elecciones legislativas de la República Dominicana, por ejemplo.
María Laura Tagina: Y algo también con respecto a este tema es que la gente se vuelve más sensible al problema de la corrupción en momentos de crisis económica. Es un fenómeno muy generalizado. La gente es menos permeable, menos tolerante cuando le aprietan el bolsillo. Esas circunstancias son las que llevan un poco al centro de la agenda la problemática de la corrupción.
Esta tendencia que ustedes señalan en el prólogo respecto a la modificación de la Constitución, ¿es algo particular de este período o es una constante histórica?
MAS: Es una constante histórica. Chile es un ejemplo de ello, por citar sólo uno de los países. La innovación constitucional está presente constantemente.
MLT: En este período que analizamos, de 2010 a 2013, siempre fue heterogénea la respuesta de las instituciones a los intentos de modificar la constitución con fines primordialmente de habilitar un nuevo período presidencial. El Tribunal Supremo en Nicaragua, por ejemplo, a través de un trámite irregular sí lo habilitó, pero en el caso de Colombia, la Corte Constitucional lo frenó. En Argentina, por otra parte, no se llegó a instancias judiciales, pero hubo un fuerte movimiento de la opinión pública, vinculado también a la postura que tomaron los medios de frenar el humor dentro de la sociedad.
Al hablar de elecciones, uno de los factores fundamentales es la opinión pública. ¿Qué rol han jugado los medios y los grandes oligopolios de cada país?
MAS: El caso más obvio y fácil es el de México, porque siempre se ha dicho que el presidente actual, Enrique Peña Nieto, era un hombre construido por los medios y candidato de Televisa. Desde su perfil y la imagen que ha vendido hasta los recursos económicos. Ese parece ser el caso más emblemático.
MLT: Quizás Horacio Cartes, en Paraguay, un empresario vinculado a los medios, también sea un ejemplo de este tipo de casos.
La inclusión de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias) en la Argentina, ¿qué nuevo escenario político dejó?
MLT: En la obra incluimos las elecciones presidenciales de Argentina de 2011, por lo cual ahí ya incluimos la primera experiencia de las PASO. Es una versión adaptada del caso uruguayo, aunque no tiene exactamente las mismas características. Un efecto no deseado de las PASO es que tienen lugar dos campañas electorales, una a continuación de la otra y eso produce hastío en la gente. Sí es positivo el hecho de que sean obligatorias. Lo que hemos observado también es que han funcionado con la lógica de las elecciones generales, por el hecho de que ha habido voto útil, e incluso en el caso de 2011 casi funcionaron como la primera vuelta de un balotaje. El otro punto central es que los partidos políticos parece que todavía no terminan de adecuarse a estos sistemas. Por lo que hemos podido observar, el cambio de la norma no actuó como un estímulo que produzca un cambio en los partidos, ya que estos fueron a lo seguro.
Se suele decir que los partidos entran en crisis y que las personas ya no votan cuadros políticos sino personas. ¿Esto también lo pudieron observar en su investigación?
MAS: Hay una tendencia muy clara a la personalización de la política, se difuminan completamente las identidades partidistas. Hay casos donde esto se puede ver perfectamente, y uno de los ejemplos más claros es el de Perú, donde ya se habla de política de candidatos, y no de partidos.
Manuel Alcántara Sáez (España) es licenciado y doctor en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Es catedrático de la Universidad de Salamanca. Ha sido designado profesor emérito de FLACSO- Ecuador y Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de San Martín en 2008. Sus líneas de investigación y sus publicaciones se refieren a los poderes legislativos, los partidos políticos, las elecciones y las elites políticas, teniendo como principal referencia empírica la realidad latinoamericana.
María Laura Tagina es licenciada en Ciencia Política por la UBA y doctora en Ciencia Política por la Universidad de Salamanca. Es profesora en la Universidad Nacional de San Martín y en la Universidad Nacional de La Matanza. Además, es investigadora visitante del Istituto Italiano di Scienze Umane (Florencia, Italia),de la Universidad Autónoma de Madrid y del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales de la Fundación Juan March (Madrid, España). Sus líneas de investigación son el comportamiento electoral, la opinión pública y la influencia de los medios de comunicación en el voto.
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