Alrededor de 150 millones de personas en todo el mundo tienen algún problema de visión que puede solucionarse con unas simples gafas. Lamentablemente, un gran porcentaje de estas personas no tiene acceso a un artículo tan básico por falta de recursos.
Esta es la brecha que pretende solucionar OneDollarGlasses (las gafas de un dólar), un proyecto liderado por el físico alemán Martin Aufmuth que hace más accesible la fabricación y la compra de lentes correctoras en los lugares más desfavorecidos.
La iniciativa, que ha recibido un galardón que la Fundación Siemens concede a soluciones sencillas que mejoran la calidad de vida en los países en desarrollo, ya se ha puesto en marcha en Ruanda, Burkina Faso o Tanzania después de un proyecto piloto en Uganda.
El objetivo del proyecto en realidad es doble, porque, además de solucionar los problemas de visión de millones de personas, también pretende derribar las barreras de producción y proporcionar las estrategias necesarias para que elaborar unas gafas esté al alcance de cualquiera con una mínima formación.
Así, además del diseño final de las lentes, Aufmuth y su equipo también han desarrollado una máquina que, sin necesidad de electricidad, permite componer y preparar unas gafas listas para su uso en apenas media hora.
Sencillo y manejable
Todo el material necesario cabe en una caja de 30 x 30 x30 cm pensada para llegar hasta los más remotos lugares. Cada caja contiene 25 tipos diferentes de lentes prefabricadas que varían entre las -6 y las +6 dioptrías.
Según explica Aufmuth en su web, las lentes están hechas de policarbonato, una material mucho más resistente que el vídrio o la resina que habitualmente se emplean en la fabricación de las gafas. Muy ligeras, estas lentes se ensamblan fácilmente en una ligera montura de alambre de acero.
Para elaborar estos artículos solo es necesaria una formación de 14 días y su coste de producción apenas llega a un euro, por lo que Aufmuth considera que puede ser una buena oportunidad para que miles de personas se ganen la vida.
Aunque el coste de cada gafa es reducido, hacerse con el equipamiento completo que permite elaborar 500 gafas cuesta alrededor de 2.400 euros; un importe que, por el momento, OneDollarGlassess está cubriendo a través de donaciones.
Según cuenta en su web, Aufmuth tardó varios años en desarrollar una idea que le surgió mientras leía a Paul Polak. "Polak escribía sobre un invento que no existía, unas gafas accesibles para la gente que vive con un dólar al día. Pensé sobre cómo era posible que esas gafas no existiesen aún", señala el físico alemán, que unos días más tarde vio en su ciudad un anuncio de gafas por sólo un euro. ¿Cómo es posible que se puedan comprar gafas a un euro en Alemania y no en los países pobres?", reflexionó.
Entonces, comenzó a investigar posibles materiales y formas de ensamblaje, hasta que tres años después, conseguía probar los primeros prototipos en África. Fuente: El Mundo.es
Todo el material necesario cabe en una caja de 30 x 30 x30 cm pensada para llegar hasta los más remotos lugares. Cada caja contiene 25 tipos diferentes de lentes prefabricadas que varían entre las -6 y las +6 dioptrías.
Según explica Aufmuth en su web, las lentes están hechas de policarbonato, una material mucho más resistente que el vídrio o la resina que habitualmente se emplean en la fabricación de las gafas. Muy ligeras, estas lentes se ensamblan fácilmente en una ligera montura de alambre de acero.
Para elaborar estos artículos solo es necesaria una formación de 14 días y su coste de producción apenas llega a un euro, por lo que Aufmuth considera que puede ser una buena oportunidad para que miles de personas se ganen la vida.
Aunque el coste de cada gafa es reducido, hacerse con el equipamiento completo que permite elaborar 500 gafas cuesta alrededor de 2.400 euros; un importe que, por el momento, OneDollarGlassess está cubriendo a través de donaciones.
Según cuenta en su web, Aufmuth tardó varios años en desarrollar una idea que le surgió mientras leía a Paul Polak. "Polak escribía sobre un invento que no existía, unas gafas accesibles para la gente que vive con un dólar al día. Pensé sobre cómo era posible que esas gafas no existiesen aún", señala el físico alemán, que unos días más tarde vio en su ciudad un anuncio de gafas por sólo un euro. ¿Cómo es posible que se puedan comprar gafas a un euro en Alemania y no en los países pobres?", reflexionó.
Entonces, comenzó a investigar posibles materiales y formas de ensamblaje, hasta que tres años después, conseguía probar los primeros prototipos en África. Fuente: El Mundo.es
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