La Unidad de Juego Patológico de Bellvitge implica al familiar del paciente, que normalmente es la pareja, en 7 de las 16 sesiones de la fase intensiva de la terapia.
La implicación de la familia en el tratamiento de los pacientes adictos al juego mejora los resultados de la terapia, según un estudio del Hospital de Bellvitge, que cada año trata 350 nuevos casos de ludopatía.
La Unidad de Juego Patológico de Bellvitge implica al familiar del paciente, que normalmente es la pareja, en 7 de las 16 sesiones de la fase intensiva del tratamiento y la experiencia muestra que "la incorporación de la familia a la terapia es un elemento clave que facilita el proceso de superación del trastorno", según la responsable de la unidad, Susana Jiménez.
Según ha informado este miércoles el hospital en un comunicado, el familiar recibe las herramientas y pautas necesarias para entender el trastorno y para establecer una buena comunicación con el afectado que permita rehacer la confianza erosionada a causa de las consecuencias de la adicción al juego.
La Unidad de Juego Patológico del Hospital de Bellvitge también ha puesto en marcha un proyecto de investigación para identificar el perfil de los adolescentes y jóvenes con mayor riesgo de sufrir una ludopatía, un estudio que sitúa la franja de edad más vulnerable entre los 20 y los 22 años.
Entre los factores de riesgo para desarrollar un trastorno entre los jóvenes están un bajo nivel de estudios, el hábito de practicar distintos tipos de juego y el hecho de volver a jugar para recuperar las pérdidas.
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