“No estamos acostumbrados a vivir de subsidio. Lo que nosotros necesitamos son herramientas del Estado para trabajar dignamente y comercializar en mejores condiciones “. Con esta demanda concreta, la productora Daisy Mamani abrió el diálogo en el salón Antropomorfi de Tecnópolis. Sus palabras interpelaron a todos aquellos que participaron del panel que abrió un diálogo franco sobre las normativas requeridas por agricultores familiares de las áreas urbanas y periurbanas que producen alimentos sanos y de calidad. La cita fue este sábado 19 de octubre en la mega expo de Tecnópolis. Allí el INTA y organizaciones de productores presentaron el libro editado por la EEA AMBA y el IPAF Región Pampeana sobre normativas vinculadas a los procesos de producción y comercialización de la agricultura urbana y periurbana que compila toda la normativa existente en municipios, provincias y a nivel nacional. También analizaron el Proyecto de Ley Promoción de Ferias Locales de la Agricultura Familiar y la Economía Social.
Del panel participaron el Director del CIPAF, José Catalano; la Directora de la EEA AMBA, Andrea Maggio; el Director del IPAF, Gustavo Tito; las asesoras de la Senadora María Graciela de la Rosa (Frente para la Victoria de Formosa y autora del proyecto parlamentario); los investigadores del IPAF Región Pampeana Edgardo Gonzalez y Sergio Dumrauf y la productora Daisy Mamani presidente de la Cooperativa Nueva Esperanza, Lisandro Olmos, La Plata. “Es central el trabajo en el territorio junto a los gobiernos locales que son los que actualmente generan las normativas que le dan marco a las ferias. Sin embargo es muy auspicioso saber que un proyecto de ley está contemplando ampliar este marco a nivel nacional, articulando todos los instrucmentos con los que hoy cuenta la agricultura familiar”, advirtió la Directora de la EEA AMBA – INTA, Andrea Maggio. Existen en el país 2172 municipios, pero las ferias funcionan sólo en 130 distritos, lo que representa el 6 por ciento de los territorios. Para dar a conocer las experiencias exitosas y avanzar en las normativas se realizó el encuentro en Tecnópolis.
Allí se expusieron también las problemáticas relacionadas con los procesos de producción y comercialización que tienen los agricultores familiares y se plantearon distintas alternativas apropiadas para el sector en torno a las normativas vinculadas con la comercialización de productos alimentarios. “Conocer las normativas y avanzar en la ley es fundamental porque a esta actividad legítima que desarrollan los agricultores familiares se le otorga con este proyecto de ley (que ya está en comisión) mayor visibilidad y legalidad. Como integrantes del INTA trabajamos fuertemente con mucha presencia institucional. El acceso a la comercialización es una problemática que estamos abordando para generar conocimiento de modo que las organizaciones de productores tengan mejor acceso a la comercialización”, advirtió el Director del CIPAF, José Catalano.
Una investigación de este Centro de Investigación publicada en 2010 relevó 144 ferias de la agricultura familiar en todo el país, pero estudios ampliados indican que existen en la actualidad más de 300 ferias y diferentes alternativas de comercialización de los agricultores a lo largo y ancho del país. De acuerdo a la investigación del INTA, las ferias de productores familiares en conjunto mueven alrededor de 1 millón de pesos por jornada, abastecen a más de 35.000 consumidores por día de feria, generan un movimiento económico mensual de 6 millones de pesos. Si se multiplicasen estas experiencias tan sólo en 650 municipios, se podrían abastecer a 150.000 consumidores en forma directa.
PROYECTO DE LEY
En el Senado de la Nación ya ingresó el proyecto de Ley de Promoción de Ferias Locales de la Agricultura Familiar y la Economía Social, cuya autora es la legisladora formoseña Graciela De la Rosa. Sol Rodriguez y Giselle Silguero, quienes trabajaron junto a la representante legislativa en el proyecto de ley, anunciaron que prevén realizar una convocatoria amplia a diferentes instituciones del Estado y a las organizaciones de productores para debatir y realizar aportes a este proyecto que ya tiene tratamiento en dos de las tres comisiones parlamentarias a la que fue remitido el proyecto. La ley busca avanzar en el establecimiento de espacios físicos destinados a la promoción de productos agroalimentarios, frutihortícolas y artesanales de producción regional, para los consumidores en todo el territorio nacional. Impulsa el establecimiento de ferias locales que gracias a su proximidad geográfica abastezcan a los consumidores en forma directa, evitándose de esta forma los costos de intermediación, transporte y logística.
LA FORTALEZA DE ESTAR ORGANIZADOS
Daisy Mamani nació en Bolivia. Vive hace 18 años en Argentina. Actualmente se desempeña como presidenta de la Cooperativa Nueva Esperanza, de Olmos (La Plata). Se trata de una organización que agrupa a 28 familias arrendatarias –la mayoría de origen boliviano. En el panel graficó las condiciones con las que producen verduras frescas en el principal cordón hortícola del país. “Nosotros no podemos acceder a la tierra, pagamos alquileres que pueden ascender hasta 3.40 pesos por hectárea, vivimos en condiciones muy precarias, no podemos construir viviendas dignas. Para nosotros organizarnos fue muy importante. Nuestra cooperativa pudo contar con la asistencia técnica del Programa Cambio Rural del INTA y acceder a mucha información disponible que no conocíamos. Nos dedicamos a la producción hortícola por cultura y por herencia. Es nuestro medio de vida”. Su testimonio resultó elocuente y grafica por qué resulta indispensable contar con normativas que atiendan la realidad de este sector. “Somos arrendatarios. Hace muchos años el productor estaba detrás de las tranqueras y èramos ajenos al entorno institucional. Pero hoy nos organizamos para que el productor no sobreviva, sino que viva dignamente. Que el trabajo no sea un sacrificio. Que sea algo que elegimos seguir haciendo. Debemos garantizar futuras generaciones de productores. Nuestros hijos no quieren seguir la actividad porque ven en las condiciones en las que vivimos, en casillas muy precarias porque los dueños no nos permiten edificar. Trabajamos desde que amancece hasta que anochece y necesitamos algo mejor. El Estado debe estar al pie del cañón para acompañarnos”.
Tanto el proyecto de ley, como la flamante publicación del INTA, constituyen herramientas de política pública para potenciar los mercados de proximidad, al priorizar a un sector productivo que garantiza la diversificación alimentaria y aporta una amplia gama de alimentos frescos que llegan a diario a la mesa de todos los argentinos.
PROYECTO DE LEY
En el Senado de la Nación ya ingresó el proyecto de Ley de Promoción de Ferias Locales de la Agricultura Familiar y la Economía Social, cuya autora es la legisladora formoseña Graciela De la Rosa. Sol Rodriguez y Giselle Silguero, quienes trabajaron junto a la representante legislativa en el proyecto de ley, anunciaron que prevén realizar una convocatoria amplia a diferentes instituciones del Estado y a las organizaciones de productores para debatir y realizar aportes a este proyecto que ya tiene tratamiento en dos de las tres comisiones parlamentarias a la que fue remitido el proyecto. La ley busca avanzar en el establecimiento de espacios físicos destinados a la promoción de productos agroalimentarios, frutihortícolas y artesanales de producción regional, para los consumidores en todo el territorio nacional. Impulsa el establecimiento de ferias locales que gracias a su proximidad geográfica abastezcan a los consumidores en forma directa, evitándose de esta forma los costos de intermediación, transporte y logística.
LA FORTALEZA DE ESTAR ORGANIZADOS
Daisy Mamani nació en Bolivia. Vive hace 18 años en Argentina. Actualmente se desempeña como presidenta de la Cooperativa Nueva Esperanza, de Olmos (La Plata). Se trata de una organización que agrupa a 28 familias arrendatarias –la mayoría de origen boliviano. En el panel graficó las condiciones con las que producen verduras frescas en el principal cordón hortícola del país. “Nosotros no podemos acceder a la tierra, pagamos alquileres que pueden ascender hasta 3.40 pesos por hectárea, vivimos en condiciones muy precarias, no podemos construir viviendas dignas. Para nosotros organizarnos fue muy importante. Nuestra cooperativa pudo contar con la asistencia técnica del Programa Cambio Rural del INTA y acceder a mucha información disponible que no conocíamos. Nos dedicamos a la producción hortícola por cultura y por herencia. Es nuestro medio de vida”. Su testimonio resultó elocuente y grafica por qué resulta indispensable contar con normativas que atiendan la realidad de este sector. “Somos arrendatarios. Hace muchos años el productor estaba detrás de las tranqueras y èramos ajenos al entorno institucional. Pero hoy nos organizamos para que el productor no sobreviva, sino que viva dignamente. Que el trabajo no sea un sacrificio. Que sea algo que elegimos seguir haciendo. Debemos garantizar futuras generaciones de productores. Nuestros hijos no quieren seguir la actividad porque ven en las condiciones en las que vivimos, en casillas muy precarias porque los dueños no nos permiten edificar. Trabajamos desde que amancece hasta que anochece y necesitamos algo mejor. El Estado debe estar al pie del cañón para acompañarnos”.
Tanto el proyecto de ley, como la flamante publicación del INTA, constituyen herramientas de política pública para potenciar los mercados de proximidad, al priorizar a un sector productivo que garantiza la diversificación alimentaria y aporta una amplia gama de alimentos frescos que llegan a diario a la mesa de todos los argentinos.
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