El sistema SolarClave en funcionamiento. (Foto: Cortesía de Anna Young y José Gómez-Márquez) |
Recurriendo a la luz del Sol, unos investigadores están tratando de hacer más accesible la esterilización del equipamiento médico en puestos de atención médica ubicados en sitios remotos y aislados de infraestructuras tales como redes eléctricas. Un proyecto piloto en Nicaragua ha comenzado a mostrar resultados prometedores.
Esa nación, con una población mayormente rural de seis millones de habitantes, cuenta con una red de hospitales y centros de atención médica de gran envergadura, pero son mucho más numerosos los puestos de atención médica, repartidos por numerosos puntos de la geografía nicaragüense, incluyendo lugares aislados como los descritos. En esos puestos de atención médica se ofrecen servicios de emergencia, de obstetricia, y ocasionalmente se atiende algún parto. La mayoría de estos puestos tienen autoclaves alimentados con queroseno, que no resultan muy prácticos. Tampoco resulta muy práctico esterilizar instrumental quirúrgico en agua hirviendo. El aislamiento rural y las grandes distancias dificultan los trayectos a otros centros de atención médica, por lo que es importante que el puesto médico más cercano pueda atender del modo más práctico y rápido a sus pacientes.
El equipo de Anna Young, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, ha desarrollado una alternativa llamada SolarClave, un autoclave que funciona con energía solar y que puede ser construido y reparado con piezas y materiales disponibles a escala local. El dispositivo costaría menos que los esterilizadores eléctricos o alimentados con queroseno que se usan allí en la actualidad, y no requeriría combustibles ni electricidad.
Versiones preliminares del aparato ya han sido probadas en Nicaragua, decidiéndose los cambios de diseño a partir de las recomendaciones hechas en ese país.
La versión más nueva del autoclave solar ahora está siendo probado en tres lugares en Nicaragua; para este verano, el equipo planea poner en uso varias unidades más. El siguiente paso será trabajar con una empresa nicaragüense para fabricar y vender los dispositivos.
Un aspecto importante es que estos autoclaves solares son fácilmente reparables y modificables. De hecho, los usuarios son capaces de adaptar el sistema en función de su propia experiencia con él y de la disponibilidad local de piezas y materiales.
El sistema proporciona calor y presión que cumplen con los estándares de esterilización adoptados ampliamente por agencias de salud de todo el mundo. Con un cielo despejado, el sistema tarda de 45 a 60 minutos en calentar la olla a presión hasta la temperatura requerida (121 grados centígrados) y luego 20 minutos en llevar a cabo la esterilización. Por lo general, en el puesto típico de atención médica de una aldea o poblado, el dispositivo realizaría este ciclo tres veces por semana.
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