En el Día de la Tierra

       

inundada, o desertificada…

Lleva mucho tiempo recuperar, limpiar, reconstruir hogares. Quedan afectados el saneamiento, el agua, los expedientes administrativos, hay que reconstruir infraestructuras y modos de vida, cultivos, negocios…

Una ciudad ahogada como la de La Plata (3-4-13), llorando tantas vidas, puede recuperar su aspecto de normalidad…pero en la vida de sus habitantes, nada vuelve a ser como era, no vuelve “la normalidad”.

Cuál es la normalidad? La de vivir urbanizando en llanuras costeras, las que deberían absorber y drenar los desbordes de ríos y arroyos, la normalidad de acostumbrarnos al cambio climático y a la degradación ambiental?

Sólo en lo que va del 2013, hubieron fuertes temporales en la ciudad de Buenos Aires (el 17-1, el 2-3), en Mar del Plata (el 24-2), en Bahía Blanca (el 30-3), en Santa Fé (el 11-4)

En las provincias Patagónicas, asolada por una sequía de más de 10 años, sólo en los tres primeros meses del 2013, las lluvias superaron las medias mensuales. En Comodoro Rivadavia (el 15 y 16-1; el 23 y 24-2; el 4-3), en Puerto Madryn (el 10-2). En Neuquén: Rincón de los Sauces, el 50% de las viviendas inundadas de derrames de petróleo por inundación de las piletas (el 22-01 y el 1-4); Huinganco, alud de agua y barro (el 7-2); en Villa el Chocón y Picún Leufú, (el 1-4); en Neuquén Capital, y Cutral Có (el 14 y 15-1); en Zapala y Aluminé (el 21-1)

Otros desastres también meteorológicos ocurren, muchas veces en simultáneo, y pasan desapercibidos. Hay desastres que llaman menos la atención, sequías e inundaciones, viento con polvo en suspensión -tormentas de arena-, marejadas -mar de fondo- sobre la costa, se producen y afectan de a poco, por acumulación o reiteración, pero sus efectos devastadores son evidentes a largo plazo.

Fenómenos naturales transformados en desastres para quienes los padecen, los miedos, la incertidumbre, desoladoras para todos, la solidaridad es la esperanza…

Avatares del cambio climático…que no es fenómeno natural.

Por qué vivimos en mega ciudades? Quién ocupa nuestro extenso y rico territorio?

Hay que “estar preparado” para las catástrofes siguientes?

Hay que exigir más obras, mayores modificaciones del terreno? O destinar el dinero a socorrer víctimas? O a entrenar y disponer de recursos humanos y de auxilio? Pedir préstamos y créditos internacionales?
Mientras no podamos hacer una economía a escala de las necesidades humanas, respetando la Tierra y las leyes naturales, al menos pongamos en duda las respuestas acostumbradas.