Mientras los peritos intentan determinar si Roberto Aníbal murió quemado tras sufrir un atentado o un accidente, el fiscal del caso, Federico Luppi, se inclinó por la hipótesis de un incidente doméstico; el vicegobernador Gabriel Mariotto, en cambio, sospecha que se trató de un homicidio: "Me da la impresión que pudo haber habido alguna promesa incumplida, o algo que llevó a este amedrentamiento, le balean la casa hace un tiempo atrás y ahora a mi modo de ver lo terminan de matar", dijo ayer el funcionario a un canal de televisión. Al respecto, el abogado de Aníbal, Rubén Carrazzone, explicó a Tiempo Argentino que la víctima estaba por cobrar "un dinero fuerte del Ministerio de Seguridad Bonaerense para tapar algunos baches, pero que no estaba relacionado con la recompensa que él reclamaba, sino que venía por otra línea", aseguró.
"En primer lugar estoy convencido de que es un asesinato. No hay que llamar las cosas eufemísticamente", indicó Mariotto. "La explicación que dio el fiscal no alcanza porque tiene la misma distorsión que nosotros venimos denunciando desde la Comisión Investigadora que son los vínculos con la Bonaerense", agregó el vicegobernador.
"En primer lugar estoy convencido de que es un asesinato. No hay que llamar las cosas eufemísticamente", indicó Mariotto. "La explicación que dio el fiscal no alcanza porque tiene la misma distorsión que nosotros venimos denunciando desde la Comisión Investigadora que son los vínculos con la Bonaerense", agregó el vicegobernador.
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