- Los empleados eran controlados con cámaras de seguridad.
- Se detectaron trabajadores no registrados e indocumentados.
- Su jornada diaria de trabajo era de 12 horas y les pagaban $2.300 por mes.
- Durante los operativos, los empleadores obligaron a algunos trabajadores a fugarse por una terraza hacia una casa vecina
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) realizó dos allanamientos en talleres textiles del barrio porteño de Floresta. En total, se relevaron a 25 trabajadores que no se encontraban registrados, algunos de ellos eran indocumentados. Durante los procedimientos, los agentes fiscales comprobaron que los empleadores intentaron que los trabajadores se fugaran a través de una terraza hacia una casa lindera. Además, se constató que utilizaban cámaras de seguridad para vigilarlos.
El allanamiento fue pedido al Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 9, a cargo del Dr. Sergio Torres, Secretaria N° 18, a cargo del Dr. Juan Grangeat, debido a la resistencia de los empleadores luego de que personal de AFIP intentara ingresar a los domicilios, en más de una oportunidad, para corroborar la denuncia recibida a través de la línea gratuita 0800-999-2347.
Mientras se desarrollaba el operativo, se comprobó que entre los 25 trabajadores relevados, 15 eran indocumentados, provenientes de Bolivia. Los empleadores también eran extranjeros, de nacionalidad coreana y boliviana. Las condiciones de trabajo eran precarias e insalubres, ambos talleres tenían los pisos rotos y eran lugares muy húmedos. También se demostró que tanto los trabajadores como los empleadores vivían en el lugar con sus esposas y niños. En uno de los establecimientos había 14 colchones.
Cabe destacar que, en ambos talleres se constató la presencia de cámaras de seguridad, para vigilar a los trabajadores, que eran controladas desde el lugar donde estaban los empleadores. Los empleados manifestaron que su jornada diaria de trabajo era de 12 horas y que les pagaban $2.300 por mes.
Frente a la presencia de los agentes fiscales los empleadores de nacionalidad coreana “decían” no hablar y comprender el castellano. Uno de los talleres no contaba con la constancia de habilitación municipal.
Frente a la presencia de los agentes fiscales los empleadores de nacionalidad coreana “decían” no hablar y comprender el castellano. Uno de los talleres no contaba con la constancia de habilitación municipal.
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