Algunos creen que si Alem se levantase y viese los acuerdo que hace el radicalismo no dudaría en volver a suicidarse
Se dobla, se tuerce, se agacha, el radicalismo hace todo por obtener chances electorales y logra espantar votantes y militantes. Pierde identidad partidaria junto a su dignidad, todo al mismo tiempo que pierde votos cuando cree ganarlos.
La alianza radical con Francisco de Narváez es casi un hecho. Significó ya el alejamiento de los aliados progresistas Hermes Binner y Margarita Stolbizer. Pero no es esto ni lo único ni lo más grave. Lo realmente trascendente, es que los votantes radicales de la Provincia de Buenos Aires, no quieren votar por el colombiano.
La Boleta Ricardo Alfonsín en el primer paño, De Narváez en el segundo, no va a tener votos radicales más que unos pocos amigos de Leopoldo Moreau, quien es en realidad el promotor de la alianza contra natura. Si hay radicales que se van a tomar el trabajo de cortar la boleta, y poner sólo a Alfonsín, el acuerdo no habrá aportado nada. Y la mayoría ni siquiera irá con la tijerita al cuarto oscuro, sencillamente votará por otro.
Por otro lado, los dirigentes provinciales que acompañaron a Alfonsín los últimos diez años de derrotas reiteradas justamente frente al aparato de Moreau, están iracundos con su ex referente, el hijo del prócer, que dejo el “gran acuerdo provincial” en manos del tradicional enemigo, entregándose al aparato partidario al que combatió un decenio, derrota tras derrota.
Para sumar desgracias, De Narváez no les garantiza a los radicales ni siquiera votos peronistas, porque la mayoría de los justicialistas no quieren votar a Alfonsín presidente. Si les simpatiza el kirchnerismo votarán a Cristina-Scioli y sino, tendrán la variante de Duhalde-Graciela Camaño, pero nunca Alfonsín.
Más allá de traicionar sus propios principios, la alianza no tiene objeto, espanta a todos y hace crecer a otros, como Camaño y Stolbizer que se podría quedar con todos los votos radicales de la provincia y dar un batacazo.
Para sumar disparates, el portal www.impulsobaires.com.ar, informa que otra vez en Provincia, el radicalismo sello una alianza electoral con el Partido Nacionalista Constitucional, aquel que propuso la candidatura a presidente del ex dictador Juan Carlos Onganía, quien violentamente derroco a un derrocó a un estandarte de la democracia y símbolo radical como Don Arturo Illia.
Tiempos de severas contradicciones en el radicalismo. ¿Alguien se preguntó cual sería el futuro del centenario partido si nuevamente ocupan el tercer lugar, como en las presidenciales de 2007, cuando llevaron al peronista Roberto Lavagna como candidato?. Seguro que no.
Dr. Horacio Minotti Director de PUNTOJUS
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