El diputado Abel Miguel – radical en El legislador que presentó su inquietud en la Cámara Baja Bonaerense, se basó en un informe del Colegio de Ópticos de la Provincia que asegura que las ventas de estos productos realizadas en comercios no habilitados ascenderían a casi el 70% de las compras por parte de la sociedad.
En cuanto al marco legal y jurídico que se encuentra vigente desde el año 1998, la ley 12.239, estipula claramente que la venta de lentes en sus diversos tipos deben ser realizadas en ópticas habilitadas por el Ministerio de Salud.
Miguel resaltó que “el uso de imitaciones y de lentes pregraduados está muy difundido, ya que se puede acceder a estos a un costo mucho más accesible y son ofrecidos en cualquier tipo de negocios, y hasta por vendedores ambulantes. Ahora bien, el problema de esto reside en que la mayor parte de estos anteojos no tienen cristales filtrantes de rayos UV y se pueden generar lesiones y trastornos irreversibles en la visión del individuo.”
“Asimismo – continuó – en el caso de los pregraduados, están construidos bajo medidas estándar sin tener en cuenta que cada individuo tiene diferentes requerimientos en cuanto a la graduación y diferentes medidas de las lentes que deben ser analizadas por un profesional para garantizar un buen resultado de su uso”.
El proyecto también indaga sobre si se realizan inspecciones periódicas, se han logrado decomisos y/o clausuras, y sobre las medidas tomadas por el organismo sanitario tendientes a lograr consciencia social.
El diputado concluyó que “es imprescindible hacer entender a la población los riesgos que el uso de estos anteojos no certificados pueden implicar tanto para la visión en el corto y largo plazo, como así también muchas otras enfermedades que pueden derivar de los perjuicios ocasionados por estos productos de mala calidad”.
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