Morón: El Municipio editó el libro de una cocinera centenaria de Morón

Está a punto de cumplir 102 años y vive en el partido desde hace más de 33. Dedicó su vida a la docencia dando clases de cocina por todo el país.





El Municipio de Morón cumplió el sueño de Amelia Segré de editar su propio libro de recetas a pocos días de su cumpleaños número 102. Esta abuela de la localidad de Haedo estudió gastronomía y trabajó durante 32 años como capacitadora en una compañía alemana de electricidad fabricante de cocinas eléctricas.

El ejemplar lleva por título “Las recetas de Amelia” y compila sus mejores ideas para realizar desde los platos más sencillos hasta los más elaborados sin dejar de lado los postres, incluidos en un capítulo al que llamó “postres y cositas dulces”. Con la edición de la comuna y la colaboración de su familia que ayudó en la redacción se pudo concretar este enorme deseo de Amelia de plasmar todos sus conocimientos en las páginas de este ejemplar.

En la actualidad sigue cocinando para su familia porque está convencida de que “Las comidas en familia, entre amigos o conocidos, unen. Esos es lo que busco con este libro, que la gente comparta momentos con el corazón contento”. Otras de sus aficiones son leer, tejer y coser.

Amelia nació en Buenos Aires el 24 de octubre de 1908 y de muy jovencita comenzó a trabajar en la empresa CADE (Compañía Argentina de Electricidad) -que más tarde pasaría a ser SEGBA (Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires, actual Edenor)-  como visitadora de clientela. Pero como tenía el título de cocinera le propusieron dar clases de cocina. Se animó y ese fue el primer paso que la llevó por toda la provincia y el interior del país a dar conferencias prácticas, que incluían instrucciones para utilizar artefactos eléctricos, en especial la cocina.

Las demostraciones con estos electrodomésticos (lustradoras, lavadoras, aspiradoras, etc.), que constituían toda una novedad para la década del 40, se realizaban en los salones comerciales de venta de la marca fabricante distribuidos en distintos puntos de la Capital Federal y el interior de la provincia de Buenos Aires. Muchas veces se trasladaba a las casas de las clientas para dar clases particulares.

La cocinera se jubiló luego de más de tres décadas de trabajo y su vida continuó, a pesar de los años, con las mismas ganas de disfrutar de cada momento que la vida le regala en compañía de sus seres queridos. Cuando ellos le piden a Amelia alguna de sus especialidades, pastas y piononos, queda comprobado que esta experimentada abuela jamás podrá abandonar su pasión, la cocina.