Massa, el candidato del marketing que tiene que leer sus discursos en un monitor

El tigrense y la "V" de la victoria. 

Perlitas de la campaña

Lo que se preguntaba Fernando “Chino” Navarro el día después de la presentación oficial de los candidatos de Sergio Massa era cierto: el tigrense, flamante líder del Frente Renovador, leyó todo su discurso en un monitor aquella fría noche de principios de julio en que se le ocurrió hacer el acto al aire libre en el Museo del Arte, al mejor estilo americano. Un muchacho de la Embajada.
Aunque pocos los percibieron, Massa leía sus propuestas desde una pantalla ubicada muy cerca del atril. Nada en sus movimientos es improvisado, la estrategia de campaña -en la que invierte millones- le impide salirse del libreto establecido de candidato de la “concordia”, en una suerte de travestismo que intenta emular sin éxito al Papa Francisco.

No por nada ya se ganó el mote de “candidato del marketing”. Él no hace mucho por desmentirlo, sólo avanza con la idea absurda de hacer campaña “sin hablar de nadie”, pese a que fue jefe de Gabinete de Cristina Kichner, dos veces intendente de Tigre, titular de la Anses y ex amigo de Amado Boudou, con quien comparten sus inicios en la nunca bien ponderada UCeDé.
Pese a su perfil mediático, Massa no se lleva bien con los periodistas que osan salirse del libreto. Ni siquiera fue capaz de grabar en vivo su “mano a mano” con Alejandro Fantino, como hacen todos los candidatos.

El día de la mediática firma de un acta contra la reforma constitucional y la re-reelección llamó la atención entre los cronistas su malhumor cuando le preguntaron si iba a asumir en diciembre. Es que los antecedentes no le juegan a favor: en 2009 fue candidato testimonial junto a Néstor Kirchner y Daniel Scioli; después de la elección, volvió a ocupar el sillón de Tigre, del que se había tomado licencia.
Ese día sorprendió a los presentes porque, si bien iba a dar declaraciones, después de la firma y la foto de rigor intentó huir y dejó en su lugar al ex “lilito” Adrián Pérez, otro acomodaticio que se ubica según como sople el viento y ahora convive con peronistas.

Pero los periodistas lo siguieron, y ahí llegó su incomodidad. Una cronista le consultó si iba a asumir en diciembre y “se le transformó la cara”, relató un testigo. La misma actitud había tenido en el Museo del Arte al preguntársele por el acuerdo con el Pro. Que sí, que no, que son un “frente”, un “partido nuevo”. Ese fue el punto que motivó que diera por finalizada la ronda con la prensa. Mientras tanto, Mauricio Macri celebra la alianza que tejió con él y Darío Giustozzi dice que no los invitaron a su “fiestita de cumpleaños”. El nivel de la discusión política actual.

Así como muchos referentes distritales del massismo se quedaron afuera de la convocatoria a la firma del acta en un conocido hotel platense, a muchos les había pasado lo mismo en Tigre. Sintieron un destrato. Algo similar a la “deslealtad” que deben haber experimentado en el kirchnerismo cuando la filtración de los cables de Wikileaks reveló que Massa trataba a Néstor Kirchner de “monstruo cobarde” y “psicópata” en la Embaja de Estados Unidos. Por eso se permitieron hacer una parodia de uno de sus spots de campaña.