Su objetivo es la conservación ex situ de germoplasma vegetal y la investigación en temas relacionados con la conservación. Pertenece al Área de Conservación y Caracterización de Germoplasma.
Las actividades de introducción, recolección y conservación de germoplasma mediante colecciones bien identificadas, principalmente en forma de semilla o fruto, comienzan en el país a principios de siglo XX, con el establecimiento de programas de mejoramiento de los principales cultivos por parte de los colonos europeos y los primeros fitomejoradores argentinos, que trabajaban en el Ministerio de Agricultura. Desde entonces han sido estudiadas e implementadas rutinas y procedimientos para manejar y conservar adecuadamente los recursos genéticos.
Argentina cuenta con importantes cultivos como papa, maíz, maní, poroto, mandioca, batata, ajíes, forrajeras y especies de interés local, que manifiestan una amplia variabilidad genética en sus poblaciones y/o especies silvestres emparentadas, como consecuencia de los variados ecosistemas y ambientes únicos presentes en su extenso territorio. Especies vegetales y animales introducidas tales como trigo, girasol, forrajeras y animales se adaptaron a las condiciones ecológicas y de manejo, resultando también en materiales valiosos para el mejoramiento genético.
El riesgo de extinción de estos recursos, frente a la presión demográfica y la creciente degradación del medio ambiente, y la amenaza de reemplazo por el avance de una agricultura moderna, con elevados niveles de producción sobre una agricultura de subsistencia, condujo al desarrollo de estructuras nacionales organizadas de conservación.
En la década del 30 se inicia la organización de las colecciones de germoplasma de trigo, maíz y maní. En el año 1944 se conforma la colección de maní y en 1948 las colecciones de sorgo, girasol y algodón, intensificándose en la década del 50 las recolecciones de maíces pampeanos. En los años 60 se refuerza esta actividad con la creación del Banco de Germoplasma de Maíz en la EEA Pergamino, y en 1970 la del Banco de Germoplasma de Papa en la EEA Balcarce (Clausen, et al. 1995). Estas acciones son contemporáneas con actividades de conservación iniciadas por la FAO, ONU, IPGRI y CGIAR, en el ámbito mundial.
En el año 1985 el gobierno argentino solicita apoyo a la Cooperación Técnica Italiana (Istituto Agronomico per l’Oltremare) para planificar la conservación de los Recursos Genéticos en el país. El proyecto es aprobado e implementado a partir del año 1988, mediante la creación del Programa de Ámbito Nacional Recursos Genéticos del INTA que propicia la estructura adecuada para el establecimiento de un Sistema Nacional de Recursos Genéticos.
A partir del año 1994 se consolida la Red de Bancos de Germoplasma del INTA con la puesta en marcha del Proyecto Recursos Genéticos: Conservación y Evaluación, actualmente en ejecución.
En este contexto la Institución desarrolla actividades sistemáticas de conservación y utilización de la variabilidad genética de especies económicamente explotadas o de reconocido potencial para su uso en programas y proyectos de mejoramiento.
El INTA ha implementando las estrategias básicas de conservación ex situ (conservación de semillas, órganos vegetativos y colecciones vivas a campo) a través de la Red de Bancos de Germoplasma y la participación de otras Estaciones Experimentales Agropecuarias.
La Red de Bancos de Germoplasma, del INTA, está integrada por nueve Bancos Activos de Recursos Fitogenéticos (BA), 11 colecciones activas, situados en diversas áreas agroecológicas del país, cuatro Bancos de Recursos Zoogenéticos y un Banco Base (BB) que mantiene un duplicado de resguardo de las colecciones de los Bancos Activos y otras Instituciones que lo soliciten, el cual tiene sede en el Instituto de Recursos Biológicos (IRB), CNIA, INTA Castelar.
Las actividades que se llevan a cabo están dirigidas a la colecta de germoplasma, introducción e intercambio de materiales de diversas procedencias geográficas y/o instituciones, conservación de los recursos en el mediano y largo plazo bajo condiciones controladas, caracterización, evaluación y desarrollo de germoplasma, documentación de los materiales y creación de bases de datos computarizadas.
Las actuales colecciones del INTA están constituidas, según el cultivo, por especies silvestres y aquellas emparentadas con los cultivos, variedades obsoletas, variedades tradicionales, razas locales y razas criollas bovinas, producto de la selección empírica en las áreas de producción, variedades modernas actualmente en uso, líneas avanzadas y materiales genéticos especiales (mutantes, aneuploides, stocks genéticos) producto de la actividad de investigación.
De acuerdo con el II Informe Nacional sobre la Situación de los Recursos Fitogenéticos en la Argentina (www.pgrfa.org/gpa/arg/descrip.htm) la RBG del INTA conserva el 93,5 % del germoplasma disponible en instituciones oficiales en el país.
lunes, 22 de julio de 2013
INTA: Red de Bancos y Colecciones de Germoplasma
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